Es importante señalar que el embarazo no es sinónimo de estar enferma, las mujeres pueden realizar sus actividades y sentirse feliz y relajada en esta nueva etapa de su vida. Sin embargo, debemos tener cuenta se tiene que tener ciertos cuidados.
En este caso, mencionaremos el papel esencial que juega el agua durante la etapa de gestación y, más en concreto, en las consecuencias de la deshidratación en el embarazo. Cabe mencionar que cuando hay deficiencia de líquidos el cuerpo de la mujer, este empieza a emitir señales que debes identificar.
Por ello, en el siguiente artículo te mencionaremos algunos síntomas de deshidratación en el embarazo, de los cuales debemos tener en cuenta los efectos negativos que pueden presentarse durante el embarazo, según menciona el portal Ser mamá. ¡Atenta y toma nota!
- Un gran signo de alerta es que el color de la orina se torna oscura, por lo que, si el tono es claro, significa tu organismo está bien hidratado. Asimismo, la frecuencia con que requieres expulsar líquido es un indicador del nivel de fluidos en el cuerpo.
- Sensación de resequedad en la garganta, en la boca y los labios. También cambia la apariencia de la piel. Perderá un poco de elasticidad y se verá menos lozana y brillante de lo habitual.
- A nivel digestivo se presentan varias afecciones que son signos de deshidratación en el embarazo. Condiciones como el estreñimiento, la aparición de hemorroides, el dolor al defecar y el endurecimiento de las heces, son bastante comunes.
- Escasa sudoración, incluso cuando estás expuesta a altas temperaturas.
- Molestias como mareos, debilidad y sensación de fatiga corporal sin haber hecho un esfuerzo físico considerable. Esto se debe a que hay una baja abrupta en la presión arterial y el cuerpo se descompensa.
- Algunas mujeres presentan las contracciones de Braxton Hicks como síntoma de deshidratación. Esta reacción muscular se caracteriza por el endurecimiento y la tensión en el área abdominal. Normalmente duran menos de 30 segundos, deberían ser indoloras y se pueden hacer más frecuentes a medida que el embarazo avanza.
Tras mencionar estos puntos, es importante que la ausencia de líquido en las embarazadas puede generar complicaciones como: inicio prematuro de la labor de parto, cantidad reducida de líquido amniótico (oligohidramnios), deficiencias en la producción de alimento durante la lactancia y la consecuencia más grave de la deshidratación severa es un shock o la incapacidad de algunos órganos del cuerpo para realizar sus funciones básicas.