Una de las cosas que nuestros padres y abuelos nos ha enseñado es que debemos lavar los alimentos antes de consumirlos o incluso cocinarlos ya que, de esta manera estábamos eliminando los residuos contaminantes. Sin embargo, hacerlo podría afectar seriamente la salud.
De acuerdo a un estudio científico realizado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), lavar con agua y frotar las carnes crudas, especialmente de pollo o pavo, podría generar un foco infeccioso llamado contaminación cruzada, que se da cuando tóxicos y bacterias de un alimento se transfieren a otro.
“Cuando las gotas de agua salpican y entran en contacto con las manos, ropa, utensilios de cocina, así como las superficies cercanas como el fregadero, éstas se contaminan con la bacteria Campylobacter”, señala la agencia.
Estos salpicones contaminados pueden viajar a una cierta distancia en el que pueden depositarse sobre los mandiles, trapos de limpieza, ropa u otros utensilios de cocina. Este germen de nombre campylobacter, podría ocasionar que las personas más vulnerables en casa se enfermen de problemas gastrointestinales, diarreas e intoxicación.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Ante ello, expertos de Foods Standards Agency, menciona cuatro reglas básicas cada vez que cocines los alimentos, señalados en el portal Salud180. ¡Atenta y toma nota!
No laves el pollo. La cocción mata cualquier bacteria presente, incluso al Campylobacter, así que con eso es suficiente, ya que cuando lavas el pollo crudo salpicas agua y los gérmenes se propagan.
Cubre y refrigera el pollo crudo. Hazlo preferentemente en la parte inferior del refrigerador, así su jugo no va a gotear ni contaminar otros alimentos refrigerados.
Lava los utensilios empleados. Tablas de cortar y superficies utilizadas debes de lavarlas perfectamente. Después de manipular el pollo crudo, lávate bien las manos con agua tibia y jabón.
Cuece a fondo el pollo. Lo puedes comprobar al cortar la parte más gruesa de la carne, si notas un tono rosado significa que aún le falta hervor.
Ahora que conoces estos nuevos datos sobre cómo debemos lavar y cocinar los alimentos, evitarás que se contamine tu cocina. Asimismo, protegerás la salud y el bienestar de tu familia.