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08 Abr 2019 | 12:59 h

¿Sabías que si los niños tienen los ojos grandes puede ser señal de glaucoma?

Existen otras características que advierten la existencia de la enfermedad.

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    No hay duda que las enfermedades no distinguen, género, condición social, religión y mucho menos la edad. Hoy en día muchos niños son propensos a sufrir diferentes males, a los cuales los padres debemos estar atentos para prevenirlo o iniciar un temprano tratamiento.

    De acuerdo a los médicos del Ministerio de Salud (Minsa), si tu bebé tiene los ojos muy grandes, estornuda frecuentemente ante la luz, presenta lagrimeo excesivo, cierra los ojos constantemente o su córnea cambia de color es muy probable que sean señales de aumento de la presión del globo ocular, lo que puede provocar serios daños y desencadenar en glaucoma pediátrico.

    Ante ello, el jefe del Departamento de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo del Instituto Nacional de Oftalmología, Juan Carlos Castro Rodríguez, sostiene que el glaucoma pediátrico representa la tercera causa de ceguera en la población infantil.

    Debido a esta alerta, el especialista exhortó a prestar especial atención a estas características. “Tener los ojos grandes y expresivos puede inducir al error a los papás y creer que el rostro de su hijo lucirá mucho más bello. De presentar estos signos el menor debe ser conducido de inmediato con el especialista y ser operado; de lo contrario, podría quedar ciego”.

    Asimismo, explicó que el glaucoma en niños se divide en varios tipos, pero uno de los más frecuentes es el glaucoma del lactante o congénito primario que se presenta al nacer. Son frecuentes también el glaucoma congénito tardío y el glaucoma juvenil, que se presentan más tarde en el ser humano.

    “Cuando uno o los dos ojos se observa más grande, lo que se conoce como ojo de buey, la córnea se ve más grande y de color plomizo. Los papás deben estar atentos cuando ambos ojos se vean muy grandes o de diferente tamaño porque podría ser un glaucoma”, agregó.

    Cabe mencionar que, el glaucoma es una enfermedad con la que el niño convivirá toda la vida, no tiene cura, pero puede ser controlada y mejorarse su calidad de vida. No llegará a tener una visión de 20/20 (visión normal), pero si conservar su agudeza visual controlando su presión ocular, en forma periódica, explica el médico.

    Además, precisó que el glaucoma congénito tardío presenta pocas señales de advertencia o síntomas, el niño aparentemente tiene buena visión, sus ojos no son grandes, ni les molesta la luz, pero en la evaluación de fondo de ojo su nervio óptico se observa pálido porque su presión ocular está muy alta.

    El especialista recomendó a los padres de familia realizar exámenes oculares periódicos, a fin de detectar a tiempo esta patología y recibir el tratamiento adecuado para ayudar a proteger la visión.

    Por otro lado, el especialista en oftalmología refirió que durante el 2018 al menos 120 niños que tuvieron este diagnóstico mejoraron su visión luego de ser intervenidos por oftalmólogos pediatras del INO.

    Tras la intervención quirúrgica, los pequeños pacientes lograron controlar su presión ocular que encontraba bastante elevada. De esta manera se evitó el deterioro visual y en adelante pasarán por controles periódicos de por vida.