El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que inicia en la infancia y dura toda la vida; se manifiesta principalmente como dificultades en la comunicación e interacción social, en el lenguaje y conductas e intereses repetitivos o restringidos.
Según la OMS, el autismo afecta a 1 de cada 160 niños y nuestro país no es la excepción. Es necesario contribuir a la mejora de la calidad de vida de aquellas personas que padecen de este trastorno, así como sensibilizar a la sociedad acerca de la existencia de esta condición.
Ante ello, la psiquiatra de niños y adolescentes, doctora Carla Cortez de la Clínica Anglo Americana indica la importancia de detectar las primeras señales de autismo en los niños, así como la intervención temprana. Por ello, comenta cuáles son las señales a las que deben estar alertas los padres. ¡Atenta y toma nota!
En casi todos los casos, es a los 2 años de edad que los bebés comienzan a balbucear o imitar el lenguaje de aquellas personas que interactúan con ellos. No obstante, esto no sucede con los niños con autismo pues comienzan a dar índices de balbuceo o intento de hablar mucho más tarde. Algunos niños no llegan a desarrollar un lenguaje verbal propiamente dicho.
Un niño con autismo suele ser bastante distante con sus seres queridos, ya sea padres o hermanos. En muchos de los casos puede parecer que no existe una conexión emocional además de que no comprenden la diferencia en las señales faciales y emociones. En pocas palabras, un niño con autismo puede reaccionar de manera similar frente a una sonrisa o una cara de molestia de otra persona. Algunos niños o niñas pueden no hacer un adecuado contacto visual con sus cuidadores o familiares y no mostrar mucho interés por la interacción con ellos.
Una característica muy común en los niños con autismo es que cuentan con dificultades para empatizar con los demás. Lo que sucede es que los niños con autismo tienen dificultad en grado variable para entender el mundo como lo pensarían o sentirían los demás.
En algunos casos, un niño con autismo puede reaccionar de una manera desproporcionada en una situación aparentemente normal. Es decir, podría responder con una rabieta muy intensa o mediante un comportamiento agresivo hacia sí mismo o hacia los demás. Por ello, los padres deben comprender las respuestas ante determinadas situaciones sociales de sus pequeños a lo largo de su desarrollo y familiarizarse con los momentos importantes y que podrían generar tensión, así como con las expectativas de comportamiento para el niño o niña de acuerdo a su nivel de desarrollo.
Aquellas personas con autismo son más propensas a mostrar comportamientos repetitivos o intereses restringidos. Por ejemplo, pueden organizar o reorganizar los mismos objetos por extensos períodos, repetir la misma palabra o frase de manera recurrente o interesarse solo en determinado tipo de objeto o juguete (por ejemplo, dinosaurios).
Con estas recomendaciones lograremos conocer un poco más acerca de este trastorno y cómo detectarlo de manera temprana, permitiéndoles a los padres poder solicitar la orientación de un experto y contar con un tratamiento temprano que es, frecuentemente, de mayor beneficio para el menor.