En estos días de verano es más frecuente la visita a piscinas y playas. Sin embargo, esta refrescante actividad podría generar la aparición de enfermedades e incluso infecciones por parásitos en el organismo, dejando diversas secuelas.
Uno de los órganos más propensos a afectarse es el ojo, pues está en contacto directo con el agua. Para el Dr. Carlos Siverio Llosa, especialista de Oftálmica Clínica de la Visión, durante la temporada de verano aumenta la incidencia de algunas patologías oculares como la Conjuntivitis, la Queratitis y también una infección generada por parásitos.
Es por ello, que se deben tomar en cuenta algunas medidas para prevenir la aparición de estos males en la vista.
En ese sentido, el especialista brinda mayores detalles sobre estas afecciones y además enfatiza algunas recomendaciones para evitar contraerlas y así pasar un excelente verano en familia:
Si se ingresa a piscinas o playas usando lentes de contacto o con alguna herida en la córnea es más probable que pueda entrar en el ojo algún parásito como la Acantameba.
Este parásito microscópico se encuentra en aguas estancadas (como las piscinas) pero también pueden estar en el mar o en los ríos.
Los síntomas de este contagio son dolor en la vista, ojo rojo e incomodidad con la luz.
Si no se detecta a tiempo, pueden generarse úlceras corneales, las cuales son muy difíciles de tratar por la velocidad con que actúa el microbio y por la falta de medicamentos apropiados en nuestro medio.
Por otro lado, el especialista menciona que los lentes de contacto y los estuches deben ser limpiados solo con los líquidos especiales y nunca usar agua de caño, ni agua hervida pues ahí se pueden encontrar estas amebas.
Esta enfermedad ocular es la más común durante el verano y consiste en la inflamación de la conjuntiva (tejido fino y transparente que cubre la parte blanca del ojo).
Los lugares de contagio suelen ser las piscinas y el mar. Se sugiere lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, utilizar gafas de natación, no compartir artículos personales y evitar frotarse los ojos.
Es la aparición de pequeñas heridas en la córnea ocasionadas por el reflejo de la luz de sol en el mar o el agua de la piscina.
Los síntomas son ojo rojo, dolor, lagrimeo y molestias en la vista por la luz. Se recomienda el uso de lentes de sol con protección UV y además evitar ver el reflejo del sol en el agua.
Finalmente, el Dr. Siverio Llosa recalcó la importancia de visitar a un médico oftalmólogo como mínimo una vez al año para evaluar la vista a detalle y poder detectar a tiempo alguna complicación en los ojos.