La hidratación es muy importante para tener un organismo saludable y, durante el verano se debe ingerir más agua ya que nuestro cuerpo pierde líquido producido por el sudor y la ola de calor que se da en la temporada.
Asimismo, en la época de verano, las altas temperaturas aumentan el riesgo de deshidratación, lo que puede desencadenar diversos daños a la salud, como cefaleas, mareos, cansancio, estreñimiento y otros problemas en el funcionamiento del cuerpo.
Entonces, a manera de prevenir, el nutricionista del Instituto Nacional de Salud (INS), César Domínguez, recomienda a las personas que, durante el verano se debe tratar de beber entre seis y ocho vasos de agua al día (2 a 2.5 litros de agua aproximadamente), para no padecer de estos males.
“Recordemos que las pérdidas normales de agua diaria oscilan entre 2.3 - 2.5 litros por orina: 1 - 1.5 litros; sudor: 0.3 - 0.9 litros; respiración: 0.4 litros, y heces: 0.1 - 0.2 litros", exhortó el especialista.
Cabe mencionar que el cuerpo se puede hidratar de dos maneras: a través de la ingesta de agua pura (70% a 80%) y el agua contenida en los alimentos (20% a 30%), esta última proveniente en su mayoría de frutas y verduras.
Ante ello, el experto explicó que consumir la dosis adecuada de agua, facilita el transporte de nutrientes, vitaminas y minerales por el organismo, favorece la eliminación de impurezas y toxinas del organismo, lubrica y proporciona soporte estructural a los tejidos y articulaciones, al tiempo que mantiene la piel hidratada y elástica, regulando la temperatura corporal.
Además, “este líquido también contribuye a que las células del cerebro reciban sangre oxigenada, favoreciendo el estado de alerta”, explicó.
Pero, ¿qué alimentos contienen H2O? El especialista refirió que las frutas con alto contenido de agua son la sandía, melón, pepino dulce, piña, papaya, mandarina, naranja, granadilla, blanquillo, fresa, uvas, tumbo, etc.
En el caso de las vegetales que aportan un mayor porcentaje de este líquido elemento son la lechuga, pepinillo, espinaca, betarraga, zapallito italiano, rabanito, zanahoria, tomate, nabo, cebolla, hojas de acelgas, entre otras.
En el caso de los niños y ancianos son más vulnerables a la deshidratación, ya que los pequeños desarrollan una elevada actividad física, mientras que, en los ancianos, el déficit de agua afecta a su organismo manifestándose en estreñimiento, concentración de orina, acumulación de grasa, digestión lenta, etc.
Cabe mencionar que el cuerpo de una persona adulta está formado aproximadamente por un 60% de agua, por lo que es necesario mantener hidratado de manera directa (agua) o mediante alimentos.