Muchas veces nos quejamos de la contaminación de ríos y playas ya que encontramos grandes montículos de basura alrededor de estos puntos de agua; sin embargo, no tomamos conciencia que todo empieza desde casa.
En algunos casos, las personas optan por arrojar algunos restos al inodoro y no al tacho de basura. Este irresponsable acto pasa provoca que realicen hasta tres o cuatro descargas de agua, reflejándose en el recibo mensual por consumo y finalmente en nuestro ecosistema.
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Es así que, en el caso de las toallitas húmedas, pañales, toallas higiénicas, papel higiénico, colillas por cigarrillo e isopos, son productos que, por su liviano peso, necesitan de más descargas de la cisterna para que pasen al alcantarillado.
Asimismo, las colillas e isopos que no se degradan con facilidad y arroja todos los químicos que lleva un cigarrillo a la red de aguas. Mientras tanto, las toallas húmedas se han convertido en el peor enemigo de los sistemas de agua y alcantarillado en Lima y Callao porque, como no se deshacen, también crean atascos en las tuberías de su hogar.
En tanto, el especialista comercial de Sedapal, Hernán Bazán, informó que los preservativos también dañan considerablemente los servicios de agua y alcantarillado. Estos, por estar diseñados para no romperse aparecen flotando en muchas alcantarillas de la ciudad.
También la lejía y amoníaco que se utiliza para la limpieza en los hogares, no son fáciles de desechar. Son altamente contaminantes y pueden oxidar la materia orgánica. Es necesario que estén bien diluidos y utilizarlos con moderación antes de arrojarlos.
Así también los medicamentos y las pinturas y disolventes son muy contaminantes y muchas veces terminan en los sistemas de irrigación o en los depósitos de agua potable.
“Todos estos productos deben terminar en los tachos de basura, con envolturas especiales y no utilizar los inodoros como basurero. Es importante que educarnos para que no se afecte nuestro bolsillo ni el medio ambiente”, insistió el experto, Hernán Bazán.