Ser productiva en lo laboral no significa trabajar más de la cuenta, esto no te hace ser la mejor trabajadora. Existen algunos hábitos que influyen de manera negativa nuestro rendimiento diario y disminuye la eficiencia que tenemos, esto de alguna u otra manera frena nuestros propósitos laborales.
No parar de trabajar ni para descansar al menos por unos minutos, tener una agenda totalmente recargada o ser muy perfeccionista son solo algunos de estos malos hábitos que te hacen tener un mal rendimiento.
El estar pegada en la silla durante tu jornada no es bueno. La mente necesita descansar para funcionar correctamente y esto será imposible si no descansas de vez en cuando. Un estudio reveló que las personas que descansaban cada poco tiempo eran más productivos de los que no lo hacían, se debe descansar 17 minutos por cada 57 minutos de concentración absoluta o levantarse cinco minutos cada media hora.
Si eres de esas mujeres que todo su tiempo lo tiene organizado, detallado e intentes tener tu día lo más planificado posible, creyendo que así serás más productiva. Esto es un grave error porque las cosas no siempre salen como planeamos y cualquier fallo o imprevisto que surja descuadrará por completo tu gran elaborada agenda. Lo recomendable es no planificar el día entero, sino solo un par de horas desde el comienzo de tu jornada e ir adaptándolo según las tareas o citas que tengas.
Si eres de las que cree que la comida rápida es la mejor opción a la hora de almorzar, estás equivocada. Teniendo en cuenta que es dañino para la salud, los alimentos ricos en azúcares simples y grasas saturadas y trans influyen negativamente en tu productividad ya que la digestiones se hace más pesada y te adormecerán, rompiendo tu ritmo de trabajo. La mejor opción es optar por platos ligeros que combinen principalmente verduras y proteínas con una proporción menor de grasas saludables y cereales integrales.
Hacer las tareas más fáciles y relegar las cosas más difíciles o importantes para el final es un error. Las personas tenemos una capacidad de voluntad limitada, que va disminuyendo a lo largo del día y a medida que pasan las horas es normal que estemos más cansadas y menos concentradas, lo más recomendable es comenzar por las tareas más importantes, cuando tienes más energía.
Llevar una vida sedentaria puede hacernos ser menos productivos a lo largo de nuestro trabajo. Está demostrado que realizar un poco de ejercicio cada día, además de mantenernos en buena forma física, puede ayudarnos a mejorar nuestra productividad laboral, el ejercicio mejora la concentración, la memoria, resistencia mental, ayuda a reducir el estrés y eleva el estado de ánimo.
Cuanto más trabajes en casa, peor será tu rendimiento laboral. Si trabajas fuera del horario establecido, no estás respetando tu descanso. Si no te desconectas nunca, tu productividad termina por disminuir.