Una investigación reciente muestra los beneficios neurocerebrales y cognitivos asociados al juego de cartas más famoso.
Únete al canal de Whatsapp de Wapa Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California ha revelado que jugar al poker potencia la memoria. Así se desprende los resultados obtenidos tras analizar por separado a dos grupos, uno conformado por integrantes que practicaban el juego con regularidad y otro que no lo hacía en absoluto.
Tras las evaluaciones realizadas durante semanas, los investigadores percibieron un mejor funcionamiento de lo que se conoce como 'memoria de trabajo' en el grupo de los jugadores regulares. Algo, que de acuerdo a las conclusiones de la investigación obedece a la habitualidad de ejercitar las capacidades memorísticas, para recordar las cartas que han salido en cada mano, analizar tendencias de apuestas de los oponentes y trazar estrategias de juego. Tareas todas ellas que refuerzan las conexiones neuronales y que al efectuarlas con frecuencia desembocarían en una mejora cognitiva generalizada y significativa.
Estas conclusiones van en sintonía, además, con un estudio de 2014 de la Wisconsin-Madison University, que demostraba que jugar a juegos de cartas y de mesa contribuía de manera muy importante a preservar la agilidad mental de las personas mayores, debido a que al impulsar su actividad cerebral les ayudaba a preservar sus capacidades cognitivas.
Asimismo, otras investigaciones como la publicada en la Journal of Experimental Psychology han incidido en la correlación entre jugar al poker y mantener una buena concentración, dadas las exigencias del juego que obligan a mantener la atención en largos periodos de tiempo durante las partidas, evitando distracciones que pueden tener las repercusiones fácilmente deducibles.
De este modo, todas estas investigaciones sugieren que este juego puede suponer un entrenamiento mental bastante efectivo, ya se trate de timbas físicas o de las partidas de poker online que se juegan en la plataforma líder, donde además ahora acaban introducir la modalidad Snap, que es un formato de juego rápido que va genial para ejercitar la concentración, la memoria y la agilidad mental.
Toda esta literatura científica que acabamos de aludir incide en la influencia del poker en la mejora de la memoria y en la preservación de las capacidades cognitivas. Pero, en realidad no hacen falta estudios ni investigaciones académicas para entender que existe una relación clara entre el juego y el ejercicio de distintas habilidades y destrezas que resultan muy importantes.
Podemos mencionar en primer lugar las matemáticas, concretamente el cálculo rápido que requiere de los jugadores, en lo que al margen de suponer una fantástica gimnasia mental también implica unas buenas dosis de estadística aplicada, para evaluar constantemente las probabilidades de llevar o alcanzar una mano ganadora, teniendo en cuenta siempre lo que puedan ligar o haber ligado los oponentes.
Además, el poker ayuda a potenciar el pensamiento estratégico, para planificar tácticas y anticipar movimientos, sopesando qué pueden hacer los rivales, para tomar decisiones en función de la información disponible. Todo ello en medio de una realidad que cambia constantemente en cada partida, y exige el desarrollo de capacidades de adaptación, para estar cómodos en situaciones en las que lo único cierto es la incertidumbre.
De ahí, que los mejores jugadores de poker se distingan también por su adecuado manejo de las emociones, para controlarlas, mantener la calma ante cualquier circunstancia que pueda provocar en otros euforia o desolación y tomar siempre decisiones racionales, incluso bajo presión. Esto, es algo que resulta fundamental para la vida cotidiana, ya sea en el ámbito personal o en laboral, por lo que aquí de nuevo el juego podría hacer una contribución muy valiosa a la hora de potenciar una habilidad crítica.
Como sabemos, el poker tiene un importante componente psicológico, primero a efectos internos en línea con la importancia del autocontrol emocional que acabamos de ver, pero también en la relación que se establece con el resto de oponentes, de los que se trata de anticipar su juego con base a patrones de comportamiento que en ocasiones están muy ligados a su personalidad.
Aspectos como el lenguaje no verbal adquieren una importancia capital, algo que explica que en los grandes torneos de profesionales haya jugadores que traten de minimizar todo lo posible las señales que emiten, llevando gafas de sol oscuras e incluso un vestuario basado en colores fríos que no transmitan nada.
En cualquier caso, trabajar la capacidad de leer a las personas potencia la empatía, una virtud clave para entender a quienes nos rodean, ya sean familiares, amigos, pareja… con lo que ello implica a nivel personal, que no todos los conocimientos tienen que tener una aplicabilidad práctica, y más ahora cuando la Inteligencia Artificial puede asumir infinidad de tareas, de manera que en un futuro cercano es previsible la desaparición de ciertas carreras universitarias.
Con la faceta relacional que acabamos de ver entraríamos ya en la vertiente social del poker, que la tiene y muy importante, más allá incluso del placer que pueda suponer juntarse para jugar con unos amigos, tanto una timba presencial como online, al existir ya plataformas que permiten configurar partidas personalizadas invitando a los usuarios deseados.
En definitiva, vemos que jugar de forma prudente al poker puede ser muy enriquecedor a múltiples niveles, permitiendo desde entrenar la memoria como demostraban los diversos estudios que hemos visto hasta mejorar las habilidades interpersonales.