La cifra acordada ha sorprendido a muchos y es el resultado de una prolongada batalla legal que comenzó en 2002.
Únete al canal de Whatsapp de WapaEn 2002, el expresidente Alejandro Toledo finalmente reconoció a Zaraí Toledo como su hija tras un arduo proceso judicial de 14 años. La demanda fue presentada por Lucrecia Orozco, madre de Zaraí, quien durante mucho tiempo luchó para que Toledo asumiera su paternidad y proporcionara el apoyo económico necesario para su hija. A pesar de que la madre había solicitado el 60% del sueldo del presidente para Zaraí, el juzgado estableció que la cuota alimentaria sería del 5% de su salario, lo que equivale a unos 400 dólares mensuales.
El fallo del tribunal ha causado sorpresa, especialmente considerando la cantidad solicitada originalmente por Orozco. A pesar de la cifra relativamente baja de 400 dólares mensuales, que representa solo el 5% del salario del presidente, la decisión ha sido significativa en el contexto de la lucha por el reconocimiento y el apoyo financiero para Zaraí.
José Alvarado, abogado de Orozco, ha anunciado que apelará la medida, argumentando que la cantidad es insuficiente dado el contexto de la demanda y el reconocimiento legal de Zaraí como hija de Toledo.
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El reconocimiento de Zaraí por parte de Toledo se hizo oficial en octubre de 2002. En su mensaje a la nación, el presidente afirmó que velaría por el futuro de su hija y se comprometió a proporcionarle apoyo para su educación y bienestar. Sin embargo, la vida de Zaraí no ha estado exenta de complicaciones. Tras su regreso de un viaje a Atlanta, donde estudió historia e inglés, Zaraí se dio cuenta de que ya no gozaba de los privilegios de transporte y seguridad que antes le habían sido ofrecidos. Esto subraya la complejidad de la situación y las dificultades que enfrenta en su vida cotidiana, a pesar del reconocimiento oficial.
El acuerdo extrajudicial entre Toledo y Orozco, que incluyó una retribución económica, fue en parte resultado de años de lucha en los tribunales. Aunque el acuerdo estipulaba una suma de 100,000 euros, lo que contrasta con la cifra establecida para la manutención mensual, el dinero se destinaría a un fondo para ayudar a otros niños en situaciones similares. La decisión de Toledo de no someterse a una prueba de ADN, como se prometió durante la campaña electoral, también añadió una capa de controversia al caso.
La noticia del reconocimiento y el acuerdo económico se dio en un momento de intensa controversia política en Perú. Durante su presidencia, Toledo enfrentó críticas y cuestionamientos sobre su moralidad y valores, lo que influyó en su popularidad. La revelación del acuerdo también se vio afectada por la polémica reunión de Toledo con un magistrado de la Corte Suprema, lo que generó un escándalo adicional y destacó la complejidad del caso.