En Herat, decenas de afganas salieron a manifestar para exigir su derecho a trabar y que el nuevo Gobierno talibán permita la participación de mujeres en la política. Estas protestas se realizan luego de que un guerrillero, con alto mando, dijera que se contaba con ellas, pero no para el Ejecutivo ni ningún otro cargo de responsabilidad.
Las mujeres afganas se concentraron en las afueras de la sede del gobierno provincial en Herat, la tercera ciudad de Afganistán. En sus pancartas señalaban: “No tengas miedo, estamos todas juntas” y “Ningún Gobierno puede sobrevivir sin el apoyo de las mujeres”, según las imágenes difundidas por los medios locales.
Basira Taheri, una de las organizadoras de la inusual protesta de Herat, mencionó que solicitaba que los talibanes incluyeran a mujeres en el nuevo Gobierno.
LEE TAMBIÉN:
Presentadora de la BBC se "desmorona" tras escuchar el testimonio de un fotógrafo afgano
“Queremos que nos consulten. No vemos ninguna mujer en sus reuniones”, declaró a la agencia France Presse.
Fawziah Koofi, la primera mujer en ser vicepresidenta de la Asamblea Nacional afgana, tuvo que abandonar Afganistán esta semana, ante la creciente inseguridad que sentía.
Sin embargo, manifestó su apoyo a sus compañeros y tuiteó: “Sin mujeres en el Gobierno y una participación significativa en la estructura de poder, el país es como un pájaro con un ala. ¿Puede un pájaro volar con una sola ala? Por supuesto que no”.
Entre las manifestantes había activistas de los derechos de la mujer, funcionarias, trabajadoras y estudiantes.
El nuevo régimen talibán podría echar a la basura los avances conseguidos en las dos últimas dos décadas. Pues en anterior dictadura (1995-2001), confinaron a las mujeres en casa y les prohibieron trabajar fuera del hogar.
TE PUEDE INTERESAR:
Afganistán: Talibanes celebran salida de Estados Unidos y declaran la “independencia total”
MIRA TAMBIÉN:
Malala Yousafzai contra talibanes: “Debemos tomar posturas valientes para defender a las mujeres y las niñas”
Pese a que algunos dirigentes han dicho que podrán estudiar y ejercer sus profesiones “con respeto a la ley islámica”, muchas funcionarias han testificado que se les ha impedido ocupar sus puestos.
“Muchas mujeres son la única fuente de ingresos de sus familias. Impedirles trabajar pone sus vidas en peligro”, señala una activista que ha seguido con interés la manifestación desde Kabul.
Además, la activista Pashtana Zalmai, quien está dispuesta a llevar un burka, pero no a ceder en el derecho de las mujeres y las niñas a la educación, asegura que “los talibanes no pueden gobernar un país sin el 30% de su fuerza de trabajo”.