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05 Mar 2021 | 21:12 h

"Mi primer trabajo fue con un sueldo de 50 soles, pero vaya que aprendí demasiado"

"Como madrey docente tengo la meta más alta ya que no puedo ser, lo que no reflejo ser".

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    Próximos a celebrar el Día Internacional de la Mujer, en Wapa.pe nos encontramos buscando historias de mujeres que inspiren a otras mujeres.

    A través de la campaña #ComprometidasConSuLabor, queremos compartirte la verdad detrás de la lucha y éxito de féminas que se empoderaron y hoy por hoy, lideran el rumbo de sus vidas y empresas.

    ¿Cuál es el rubro del negocio o profesión?

    Mi profesión es la docencia y mi madre fue pieza clave. Desde pequeña ya vivía en aulas, ya que al no tener dónde dejarme me llevaba a su trabajo y me sentaba como una alumna en su clase. 

    En el colegio yo formaba parte de todos los grupos sociales como, por ejemplo, de catequistas, de ayuda a los demás, grupo para enseñarles a los pequeños de bajos recursos económicos, etc. Era muy feliz ayudando a los demás y más cuando la forma de ayudar era siendo yo la maestra. 

    En quinto de secundaria creo que de un mínimo del porcentaje de jóvenes que recién salen del colegio a la vida, yo ya sabía lo que quería ser. Era una sensación especial que no sé cómo describirla. Postulé y gané una beca para estudiar educación y me sentí inmensamente feliz porque estudié lo que me apasiona. A pesar de que muchos me decían que la docencia era poco remunerada, para mí eso fue secundario porque tengo la filosofía de que si no hago lo que me hace feliz no puedo serlo, ni dar felicidad. Mi primer trabajo fue con un sueldo de 50 soles, pero vaya que aprendí demasiado. 

    El ser docente no es una profesión para el último de la clase porque no tuvo otra opción, el ser docente es un privilegio de formar vidas únicas y especiales para afrontar retos en la sociedad, es aprenderse más de 200 nombres cada día y saber cómo es cada uno de ellos.

    Soy docente y madre también, como tal, tengo la meta más alta ya que no puedo ser, lo que no reflejo ser.

    ¿Qué te inspira para seguir adelante?

    Me inspira el saber que mis alumnos tienen la magia de cambiar este mundo, formar personas con un corazón gigante, cada sonrisa, me inspira cada abrazo, saber que lo han logrado.

    Hace unos años atrás dejé por un momento las aulas y quise mirar el mundo desde otra perspectiva así que me dediqué a forjar a docentes, enseñarles lo que yo aprendí y empezar a poder compartir aquello que me hacía feliz cuando enseñaba y vaya que me choqué con una realidad muy triste, conocer docentes que no tenían una brújula de vida, y lo único que tenían era lo mismo que los hacía volver al mismo lugar sin sueños, sin expectativas sin ilusiones sin metas.

    Mi objetivo e inspiración siempre fue formar con el corazón así que me dediqué a transmitir ese color que faltaba en sus vidas y a transformar aquello que no tenía sentido para ellos.

    ¿Cómo lograste conseguir tus metas?

    Mis metas las he conseguido con pasión por lo que hago, con humildad, con aciertos y desaciertos, con la honestidad de que no soy perfecta, pero construyo un camino de verdad y de crecimiento. Logré conseguir mis metas diciendo sí puedo, sí quiero y sí debo, aprendí a sonreír como también a llorar pues porque llorar no es malo es aprender a limpiar tu alma y fortalecerla de todo lo bueno que la vida te puede dar.

    Mis metas las logré con palabras positivas, creyendo en mí en lo que podía hacer, el resultado son mis estudiantes, cada uno es mi constancia recibida, cada uno es la vena que alimenta mi corazón. Si volviese a nacer, volvería a ser: Miss Lucía.