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18 Feb 2020 | 11:31 h

Día Internacional del Síndrome de Asperger: Una historia de vida y superación

José Rosasno siempre ha tenido una relación cordial con su entorno. De niño sufrió bullying y a los trece años pensó en suicidarse

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    Con motivo del Día Internacional del Síndrome de Asperger, recordamos la historia del peruano José Rosas, un hombre de 57 años, dueño de una empresa de turismo en Paracas, que no siempre ha tenido una relación cordial con su entorno. De niño sufrió bullying y a los trece años pensó en suicidarse porque no le encontraba sentido a la vida.

    "Lo único que hacía todo el mundo era regañarme, insultarme, tratarme mal. No tenía amigos. No entendía por qué", recuerda el exitoso hombre.

    Diagnóstico tardío

    Actualmente, a los niños se les puede diagnosticar el autismo a partir de los 6 meses de edad, según los especialistas.

    José tuvo que esperar hasta los 49 años para entender por qué su manera de decir las cosas, tan directa, lo hacía incompatible con la gente a su alrededor. "Hace siete años descubrí que soy Asperger y tuve que educar a mi entorno", enfatiza.

    El Asperger se encuentra dentro del espectro autista y, según expertos, si bien se caracteriza por un alto nivel intelectual, sin una buena educación esta habilidad se puede deteriorar.

    "Las habilidades que no se practican se pueden olvidar. Se requiere que la persona esté en constante capacitación", refierió en su momento, Milagros Huamán, directora de la ONG ¡Soy autista y qué!

    Dato

    Desde 2007, el 18 de febrero se celebra el Día Internacional del Síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista bastante desconocido todavía. Esta fecha coincide con el aniversario del nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austríaco que describió por primera vez este síndrome que, según los criterios actuales de diagnóstico, se identificaría bajo la denominación de “trastorno del espectro del autismo (TEA) sin discapacidad intelectual asociada”.

    "Estos niños presentan a menudo una sorprendente sensibilidad hacia la personalidad de sus profesores (…) Pueden ser enseñados, pero solamente por aquellos que les ofrecen una comprensión y un afecto verdaderos, gente que les trata con cariño y también con humor (…) La actitud emocional subyacente del profesor influye, de modo involuntario e inconsciente, en el estado de ánimo y comportamiento del niño”.  - Hans Asperger.

    (Con información de: La República)