Los niños descubren con el tiempo la forma de expresarse, aunque muchas veces no sea la mejor manera. Son los padres lo que deben detectar qué es lo malo o lo bueno en la actitud de sus hijos. Los berrinches son algo cotidiano, sin embargo, es necesario saber cómo frenarlos, pues estos suelen evolucionar en rabietas que van desde los quejidos, llantos, gritos, golpes, hasta patadas.
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“A través de los berrinches los niños demuestran su frustración, principalmente cuando no obtienen lo que quieren, cuando están cansados, cuando tienen hambre o simplemente para llamar la atención de los padres; sin embargo, aprender a afrontar la frustración es una habilidad que van desarrollando con el paso del tiempo”, señaló Milagros Romero, especialista en educación inicial y educación temprana de Apego, centro de acompañamiento y recreación infantil.
Por ello, si tu pequeño suele recurrir a este tipo de conductas para llamar tu atención, la especialista te brinda recomendaciones para enfrentarlos con éxito:
Los berrinches son la forma que tienen de expresar alguna disconformidad, si en ese momento los padres ignoran su berrinche o simplemente deciden irse, el niño sentirá que a los padres no les importa sus sentimientos ni lo que les está ocurriendo. Es decir, se sentirá incomprendido y desplazado.
Es importante que los niños puedan demostrar su enojo, frustración o lo que le esté sucediendo en ese momento ya que así podrán desahogarse y luego estar calmados para poder dialogar con tranquilidad.
Debemos demostrar con acciones que la emoción de los niños importa, es por ello que debemos saber escuchar, así sentirán que lo que están expresando es importante. De esta forma el niño sentirá que realmente es importante y podrá estar más calmado a la hora de hablar.
No intentes usar palabras muy complejas para explicar a tu hijo que no se debe comportar de esta manera pues no lo entenderá y podría empeorar la situación. Usa frases simples, como: “Entiendo cómo te sientes”, “Sé que sientes mucha rabia”, pues solo sí se sentirá escuchado.
No es una tarea fácil de controlar, pero debemos prepararnos para educar sus emociones. Ante un berrinche se recomienda mantener la calma, validar sus emociones, y establecer y mantener límites encontrando formas positivas de autorregularse.