El lenguaje tiene el poder de construir, pero también de destruir, tiene el poder de sanar, pero también de herir. Por lo tanto, el habla es generativa.
La directora de Generales Relacionart C.A, Angi Corzo, menciona que a través del lenguaje, describimos situaciones, historias, construimos futuro, nos relacionamos con otros, le damos sentido a la vida y significado a las cosas y personas.
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En el contexto de la crianza con los niños, si yo uso frases como: “tú no vales, tú no sirves, todo lo haces mal, eres torpe”, crearemos esta realidad en nuestros hijos y veremos en ellos.
Por ejemplo, se le caen las cosas, se tropiezan, presentan conductas disruptivas en la escuela, e incluso son niños enfermizos.
Es momento de auto-observarse y revisar, con humildad, no para cargar culpas sino para hacerse cargo, ¿Qué palabras le repites constantemente a tu hijo? y con qué emoción se lo dices, si a eso le sumas rabia, tristeza, desprecio, humillación; la creación será más potente y la realidad más evidente.
Empleando un lenguaje cónsono con lo que quieras conseguir en ellos, con la emoción adecuada, en armonía, amor, respeto y en coherencia con su particular forma de ser.
Recuerda que puedes iniciar con afirmaciones como: “tú vales, tú sirves, tú puedes, tú sabes, tú sientes, eres inteligente, creativo, amoroso, saludable” .
Wapa, como seres humanos, biológicamente, necesitamos de la aprobación y del amor del otro, así que puedes mencionarle a tu hijo que eres feliz por su presencia en tu vida.