El biólogo marino británico, Richard Thompson, ha dedicado su carrera a estudiar los desechos plásticos. Hace más de cuatro años lideró un estudio de la Universidad de Plymouth, en donde enterraron una serie de bolsas etiquetadas como biodegradables.
Las bolsas fueron enterradas en el jardín de la universidad. Tres años después, los científicos decidieron excavar y recoger las muestras, grande fue la sorpresa de los muchachos al ver que estas no solo habían permanecido intactas, sino que aún podían cargar cantidades de hasta dos kilos de peso.
En una entrevista para National Geographic, Thompson dijo lo siguiente: “Me sorprendió que, después de tres años, aún se pudiera llevar la compra en ellas. No tenían la misma fuerza que tenían cuando eran nuevas, pero no se habían degradado hasta un nivel considerable”.
Los científicos dejaron por tres años el mismo número de bolsas en el mar, enterradas en la tierra y aire, esto con el objetivo de diversificar las muestras y ver su reacción en distintos contextos.
Una de las investigadoras, Imogen Napper, publicó en su cuenta de Twitter una fotografía demostrando lo duradera que son las bolsas biodegradables.
“El estudio no debe interpretarse como un argumento contra el desarrollo de productos biodegradables o compostables. El estudio aboga por repensar qué productos funcionan mejor como biodegradables. Tenemos que vincular estos productos a los usos apropiados”, explicó Thompson.
Ante esto, el uso de las bolsas biodegradables ha dejado mucho que desear, sobre todo porque cada año su uso estaba en constante aumento. La pregunta es ¿cuándo se degradan las bolsas biodegradables?