Los padres buscamos lo mejor para nuestros hijos, por ello buscamos brindarle los mejores alimentos para que tenga un desarrollo adecuado. Asimismo, los abrigamos para evitar que se enfermen; sin embargo, realizarlo en exceso puede ser perjudicial para su salud.
Es inevitable querer proteger a nuestros bebés ya que al verlo tan pequeño e indefenso solo queremos cuidarlo. Pero, a veces los cuidados en exceso pueden tener efectos contraproducentes en su salud, por ejemplo, al taparlos demasiado puede desencadenar un problema a la piel conocida como miliaria.
Entonces, ¿qué es la miliaria? La Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. señala que la miliaria ocurre en los bebés cuando se obstruyen los poros de las glándulas sudoríparas y sucede casi siempre cuando el clima es cálido o húmedo. A medida que el bebé suda, se forman pequeñas protuberancias rojas y posiblemente ampollas diminutas, debido a que las glándulas obstruidas no pueden eliminar el sudor.
Ante ello, el Colegio Osteopático Americano de Dermatología explica que los síntomas y la gravedad de esta condición dependen de la capa de la piel en la cual se encuentra atrapado el sudor proveniente de sus respectivas glándulas. ¡Atenta y toma nota!
- Cristalina: bultos llenos de líquido y sin inflamación. Suelen romperse con facilidad.
- Rubra: la piel alrededor de los poros se torna roja y presenta tanto inflamación como comezón. Esta es la más común en niños y bebés.
- Pustulosa: cuando el salpullido de la miliaria rubra viene acompañado de pústulas.
- Profunda: ocurre cuando el sudor se filtra dentro de la dermis, lo cual ocasiona granos parecidos a la "piel de gallina".
Tras los aspectos negativos que provoca, la entidad de salud antes mencionada señala lo que debemos hacer para evitar una infección bacteriana en los más pequeños de casa. ¡Evita la miliaria!
- Durante la estación cálida, vista a su bebé con ropa ligera y suave de algodón. El algodón es muy absorbente y mantiene la humedad lejos de la piel del bebé.
- Si no se dispone de aire acondicionado, el uso de un ventilador puede ayudar a refrescar al bebé. Coloque el ventilador lo suficientemente lejos como para que sólo haya una brisa suave sobre el bebé.
- Evite el uso de talcos, cremas y ungüentos. Los talcos para bebé no alivian ni previenen la miliaria. Las cremas y los ungüentos tienden a mantener la piel más caliente y obstruyen los poros.
Como vemos, en los bebés tanto el frío como el calor excesivo son malos, y como todo en la vida, hay que saber encontrar el justo equilibrio. Recuerda que ante cualquier duda no dudes en acudir a tu médico de confianza y preguntar todo lo referente sobre los cuidados de tu pequeño.