La aparición de flema o moco en los niños no siempre significa que estén en presencia de una enfermedad, pues en ocasiones es un sistema de defensa que mantiene las vías respiratorias hidratadas para evitar la propagación de virus y bacterias.
Si observas que tu pequeño está presentando mucosidad, tranquila, el pediatra Leonardo Escobar detalla que es de vital importancia que te mantengas atenta a los síntomas que muestra el niño.
"Un catarro, alergia, el frío o el llanto hace que aumente la producción de mocos, lo cual resulta molesto para los bebés y niños. Esto les provoca tos, dificultad para respirar e incluso complica la lactancia", en su cuenta en Instagram el especialista.
Además, acotó que, en algunos casos la acumulación de moco y flema se puede deber a otras enfermedades.
Esta enfermedad ocasiona que la presencia de mocos sea mayor y que no pueda ser expulsado. Por otro lado, la mucosidad acumulada causa dolor de cabeza y tos. La presencia de esta afección se puede deber a raíz de una alergia o infección.
Es muy usual en la infancia, pues esta patología ocasiona fiebre, dolor y en algunos casos la rotura del tímpano. En caso de que la cantidad de moco sea demasiada y se tenga que ejercer presión para expulsarlo.
Esta patología genera estornudos, picor en la nariz y mucosidad. En ocasiones la acumulación de moco puede ser grande lo que puede hacer que el niño presente tos seca o irritada.
Cuando tu hijo tiene un resfriado, es normal que se inflame la garganta, es decir que padezca de faringitis. En ocasiones esta puede convertirse en una bronquitis ocasionando dificultad para respirar.
Si presencias que tu hijo padece alguna de estas afecciones, se recomienda que consultes con un especialista que te brinde el tratamiento adecuado para la recuperación de tu pequeño.