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21 Oct 2018 | 10:40 h

Berenice Vallejo devuelve seguridad a las mujeres con sus tatuajes

Berenice Vallejo fue diagnosticada hace 8 años con cáncer de mama, ahora con su arte ayuda a otras pacientes a recuperar su seguridad. Conoce su historia.

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    Berenice Vallejo también es una sobreviviente del cáncer.

    Berenice Vallejo es una sobreviviente del cáncer de mama. Ella fue diagnosticada de esta enfermedad en etapa 3 cuando tenía 30 años. Luego de librar una gran batalla contra un tumor en el seno izquierdo, logró salir airosa y para poder ayudar a más mujeres.

    Esta valerosa mujer contó en entrevista a Nueva Mujer, que tras 10 años de librar esa intensa batalla contra el cáncer de mama y con solo 40% de probabilidad de vivir, busca ayudar a otras mujeres a recuperar la seguridad, algo que creen perdida tras padecer esta enfermedad.

    Si bien es cierto, una mujer no se define por el cabello o sus senos, estos últimos ayudan a fortalecer la autoestima. La vivencia de Berenice, de haber perdido un seno y pasar por dos años sin poder reconstruirlo, la llevó a una fuerte depresión.

    “Intenté seguir con mi vida, entré a nutrición porque subí de peso luego del tratamiento. Los especialistas me explicaron que no podían bajarme mucho de peso porque iban a necesitar mi piel para poderte reconstruir el seno”. Tras esta experiencia Berenice les preguntó a sus doctores si no le iban a poner un implante, ya que eso es lo que sucede en otros casos, donde las mujeres han recibido radiaciones.

    Según información de Breast Cancer, la reconstrucción se trata de colocar el implante de silicona o solución salina para cubrir el espacio que dejó la mastectomía, en estos casos en los que la radiación fue radical se debe escoger una reconstrucción autógena, en la que se usa la grasa de otras partes del cuerpo para darle forma al pezón. En el caso de Berenice esta experiencia fue fuerte, porque la mayor parte de las mujeres asume que podrá realizarse esta cirugía en la que el seno quedará casi igual. Pero su doctor le explicó que existen casos que la piel se queda como chicle, haciendo que no se pueda someter a este tipo de operaciones que necesita un expansor porque, sino la piel se rompe.

    Una reconstrucción que cambió su vida

    Después de muchos años de espera su médico le dio una gran noticia, que le cambió la vida, el de poder acceder a una reconstrucción. “El doctor me dijo que ellos ya estaban tatuando con el aerógrafo, pero que le gustaría saber lo que yo podía hacer. Luego de ser reconstruída con parte de mi grasa pudieron reconstruir mi mama, le pedí a mi socio que me tatuara y ahí cambiaron las cosas”, comentó Berenice.

    Berenice reveló que después de tres meses los doctores lograron ver el resultado, y así, desde su propia experiencia con el cáncer de mama, le pidieron que se uniera a un grupo, que tatuara los pezones de otras mujeres que también habían pasado por una mastectomía.

    "Al principio me negué a hacerlo porque el impacto de estar hablando con otras mujeres que habían pasado lo mismo que yo me era muy difícil. Accedí y al inicio mis socios me ayudaron, hasta que dijeron 'no más', quien tiene que hacerlo eres tú porque tienes esa empatía con las otras mujeres, tú lo pasaste y nadie mejor para saber de qué se trata este proceso y las ayudes”.

    No solo es tatuar un pezón, es mucho más

    “Aunque la gente te vea natural y normal, tú sabes la realidad, te da pena aceptar una enfermedad así, después de seis años he notado que hay mujeres que han dejado los antidepresivos, que se vuelven a sentir mujeres. Terminando el tatuaje lloran, explotan, me abrazan, porque pensaron que siempre se iban a ver con cicatrices. El trabajo no termina ahí, pero he visto que muchas mujeres se han sentido mejor consigo mismas.  No somos un seno, no somos cabello largo, pero al perder todo esto, te sientes como una oruga. Tu cuerpo se modifica, tu mente y emociones también, es difícil reintegrarte, es un antes y un después. Muchas se van con lágrimas en los ojos, es la cereza del pastel, esto se terminó”.

    El cáncer de mama es una de las primeras causas de muerte entre las mujeres, por eso, octubre es considerado el mes de la prevención, siendo el 19 de octubre el día principal. Recuerda que todo empieza con el autoexamen, esto podría ser la diferencia entre la vida y la muerte.