En el mundo aún existen lugares donde las mujeres son constantemente sometidas a procedimientos contra su voluntad, o a los cuales no están enteradas.
Es muy común que en estos procedimientos esté involucrada la sexualidad de las mujeres, así como sus derechos reproductivos.
Por ejemplo, en África y países del Medio Oriente es un procedimiento común la ablación de clítoris, este como fin de privar a las mujeres del placer sexual, supuestamente en un intento de conservar su “honra”; en Estados Unidos y Occidente en general, existe el husband stitch, que tiene como objetivo lograr mayor placer a las parejas sexuales pero provocando dolor a las mujeres, y en países como México o Uzbekistán, las mujeres no tienen conocimiento que les realizan esterilizaciones para controla el ritmo reproductivo de la población.
En Uzbekitán, es un caso particular ya que usa la esterilización forzada como método de planificación reproductiva. Esta práctica ha violado los derechos humanos y reproductivos de miles de mujeres, solo en 2011 la Open Society Foundations reveló que 70 mil mujeres habían sido esterilizadas a la fuerza.
La esterilización es parte de la política propia del gobierno de Uzbekistán, la cual busca mejorar los índices de mortalidad de la población infantil y de madres embarazadas. Para conseguirlo, de acuerdo a una investigación de la BBC, así como de la Universidad de Harvard, el Estado programa una cuota de esterilizaciones por mes.
«Cada año se nos presenta un plan. A cada doctor se le dice a cuántas mujeres se espera que les practiquen contracepción, cuántas serán esterilizadas. Hay una cuota. Mi cuota es cuatro mujeres al mes», reveló una ginecóloga de Taskent para la BBC.
En la mencionada región es cultural tener familias grandes, por lo que ser madres, de muchos hijos, se vuelve en el sueño y meta de muchas mujeres, que les da un estatus social. Esto viene de una práctica en la URSS que galardonaba con medallas y un estatus especial a las madres que tenían más de 10 hijos.
El no poder tener más hijos tiene como consecuencia que el esposo abandone el hogar, así como el rechazo de la sociedad hacia esas mujeres, pues pierden el respeto de sus familias y de la comunidad en general.
Hasta el momento las autoridades de Uzbekistán han negado todas las acusaciones sobre la existencia de esta política y según al reporte de Open Society Foundation «no siente la necesidad de presentar explicaciones oficiales o el razonamiento exacto detrás de su política».
En el Perú, en la década de los noventa, se denunció que a miles de mujeres de bajos recursos se les realizó esterilizaciones forzadas, vulnerando sus derechos humanos.