Cuando pasamos diversas situaciones de desamor, llegamos a un punto que hacemos una lista de las cosas que queremos que tenga nuestra próxima pareja, poniéndonos la valla más alta hasta llegar a la conclusión que necesitamos un amor incondicional. De este tema, nos relata la carta de la escritora María José Carrasco a través del portal upsocl.
“Alguien que trate de conquistarme día a día aun sabiendo que ya soy suyo. Alguien que ame esa parte que tanto odio de mi cuerpo. Alguien que me valore como la increíble persona que soy y me llene de ganas para ser mejor todos los días. Alguien que me diga que me veo genial incluso con esos jeans viejos que ya no me gusta usar.
Alguien que esté ahí cuando despierte a la mitad de la noche porque tuve una pesadilla. Alguien que me haga hablar hasta por los codos y haga que me duela el estómago de tanto reír. Alguien que no me haga sentir sola, incluso cuando no esté a mi lado. Alguien que me cuente hasta el detalle más bobo que le sucedió en el día y esté dispuesto a escuchar el mío también. Alguien que aunque odie esa película, la vea conmigo sólo porque es mi favorita.
Alguien que no le de mil vueltas a las cosas y siempre me diga todo como va. Alguien que se alegre de escuchar todos y cada uno de mis secretos. Alguien que me comparta música bonita. Alguien que me llame aunque sea dos minutos, pero que lo haga para recordarte que me quiere mucho. Alguien que tome mi mano como si fuera la última vez que pudiera sostenerla. Alguien con quien disfrute estar en silencio sin sentirme incómoda y sólo disfrutemos de nuestra presencia. Alguien que me bese como si fuera la última vez.
Alguien que odie ir a museos y exposiciones de arte, pero vaya conmigo porque sabe cuánto disfrutas estar ahí. Alguien que se disculpe cuando sea necesario. Alguien que no me haga ver mis errores como la peor abominación del mundo. Alguien que cada que vea las estrellas piense en mí y en cuánto me gusta observarlas. Alguien que me ponga el corazón a mil. Alguien que me enseñe cosas nuevas. Alguien que siempre me tenga presente por más asuntos que tenga en su cabeza.
Alguien que se enamore de ese lunar que nadie ha visto y tanto escondo porque lo odio. Alguien que esté más en las malas que en las buenas. Alguien que cada vez que sus amigos le pregunten por mí, se le ilumine el rostro. Alguien que espere con ansias el momento de volver a verme. Alguien que haga que me brille la vida y hasta la sonrisa.
Alguien que no me prometa un futuro y hasta una vida juntos, sino alguien que me prometa un presente y quererme cada día más sin importar nada”.