La cantante deslumbró en el desfile de Balenciaga en París con un look en total black explosivo tras su ruptura con Orlando Bloom, marcando su gran regreso.
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Katy Perry fue una de las invitadas destacadas en el último desfile de Demna Gvasalia para Balenciaga, donde también desfilaron Kim Kardashian, Naomi Campbell, Nicole Kidman e Isabelle Huppert.
Al ritmo de “No Ordinary Love” de Sade, se presentaron 39 looks con cortes sartoriales y una paleta neutra dominada por el negro. Así, el diseñador se despidió de la firma española, cediendo el mando a Pierpaolo Piccioli, quien asumirá el cargo oficialmente el 10 de julio.
Después de semanas de rumores sobre una posible ruptura, Katy Perry y Orlando Bloom confirmaron su separación a través de un comunicado conjunto. En él, aseguraron que, pese a la decisión de terminar su relación, seguirán manteniendo una relación cordial por el bienestar de su hija Daisy Dove.
Poco después, el 3 de julio, la cantante fue captada en un yate usando un llamativo bikini negro. Aunque en ese momento no se sabía, Bloom y su hija también estaban presentes. Las imágenes generaron especulaciones al mostrar a Katy abrazando a un misterioso acompañante, lo que muchos interpretaron como su primer mensaje público tras la separación.
La verdadera sorpresa llegó durante el desfile de Balenciaga en París, donde Katy acaparó todas las miradas con una interpretación moderna del clásico “vestido de la venganza” que Lady Di inmortalizó como símbolo de empoderamiento femenino tras una ruptura amorosa.
En el evento, la cantante brilló con una micro pieza negra de inspiración sastre, que parecía una fusión entre blazer y vestido. Esta elección estilística fue tan atrevida que muchos comentaron que “mostró de más” con total seguridad y actitud.
El look, de corte contemporáneo, fue rematado con tacones vanguardistas, peinado pulido y gafas con armazón transparente, rematando con una frase sugestiva: “me ocupo de mis asuntos”.