Descubre cómo lucir la tendencia del efecto drapeado durante la temporada otoño 2021 gracias a las recientes imágenes que compartió Francisca Aronsson en sus redes sociales. La joven actriz se ha impuesto como una de las fashionistas más destacadas en el mundo de la moda y belleza, pues no hay imagen donde no luzca novedosos y modernos outfits vinculados a cada temporada del año.
Sin lugar a dudas, Francisca nos confirma que la falda drapeada es una de las apuestas más sobresalientes de las tendencias otoño-invierno 2021, proponiéndose ofrecer una silueta elegante de corte asimétrico acompañada de una blusa corta en color blanco y unos clásicos estiletos de taco siete en la misma tonalidad que su prenda superior.
Aronsson luce un elegante moño bajo, que le brinda sofisticación a su outfit. Los accesorios pequeños y necesarios, son el complemento ideal para que la protagonista siga siendo la falda. La talentosa actriz luce un make up con tonos neutros y naturales que resaltan las facciones de su bello rostro. Si acompañamos esta teñida con un blazer, lograremos una acertada opción para eventos o reuniones más formales.
Esta falda que luce Francisca en tono celeste y azulado se vincula con el artífice de la sensualidad sin límites a partir del efecto drapeado que propone el director creativo Olivier Rousteing en Balmain, a través de minifaldas en tonalidades vibrantes que se ensamblan con atuendos de hombros superlativos y calzados blancos para dar con la creación más democrática de dicha técnica hasta el momento.
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En el marco de la temporada estival que nos aguarda, los diseñadores se han propuesto explorar el vasto campo del arte del drapeado, trasladándolo a siluetas fluidas que desean acompañarnos en los meses más cálidos del año, inmiscuyéndolo en los estilismos de todos los días a través de elegantes faldas midi, o a modo de detalle para quienes aún no se han dejado seducir por la técnica obsesión de los últimos tiempos.
Dentro del amplio abanico de colecciones que han sido presentadas en la Semana de la Moda de París, piezas como tops o camisetas no han logrado resistirse a la sensualidad o al ingenio de los drapeados. Así pues, la etiqueta Nina Ricci ha revalidado el costado más estructural en una pieza a dos tonos, el nuevo director creativo de Givenchy afirma que los tops con hombros al descubierto serán la combinación perfecta de faldas o pantalones rectos, mientras que Louis Vuitton propone llevarlo de un solo lado y emulando una manga globo en camisetas informales estampadas.
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Para la revista Vogue de México, esta tendencia del drapeado toma mayor impulso desde que la diseñadora Madeleine Vionnet se inspirara en aquellos quitones o trajes dotados de pliegues y texturas propios de la Grecia Clásica, o Madame Grès se especializara en vestidos de jersey con un drapeado tridimensional exquisito, temporada tras temporada las pasarelas despliegan una revisión formidable. Si el verano pasado han sido Oscar de la Renta, Jonathan Anderson y Lanvin quienes apostaron firmemente por los drapeados, en esta ocasión Burberry renueva su voto a través de vestidos estampados, Balenciaga introduce creaciones drapeadas de un solo hombro y Victoria Beckham se inclina por vestidos largos de color negro.
Del mismo modo, Christian Dior se sirve de tejidos fluidos y algunos materiales con más cuerpo para enaltecer la cintura y el área central del cuerpo, Dolce & Gabbana convierte a la mezclilla en el aliado indiscutible de los minivestidos drapeados, los atuendos se hacen presentes en clave sensual y ochentera en Isabel Marant, se arriesgan por la vigorosidad del color amarillo en Altuzarra, a la vez que desafían la dificultad del cuero para dar como resultado vestidos perfectamente confeccionados en Sportmax y esbozan el drapeado a dos tonos en la colección de Yohji Yamamoto.
El drapeado probablemente sea una de las técnicas que más se ha arraigado a la historia de la civilización humana y a la cultura de la moda, puesto que su origen nos remonta casi al 3500 a.C, a una época que se condecoraba con las primeras sandalias o impulsaba al lino como tejido predominante del Antiguo Egipto.
Desde su origen milenario que se veía envuelto por una sofisticación inequívoca hasta la infinidad de vestidos drapeados que fueron creados en la primera mitad del siglo pasado, la técnica de culto se las ha arreglado para trascender en pos de erigir piezas distintivas y esculpir la figura femenina, llegando a ser catapultado en un sinfín de esculturas griegas del período clásico.