El botox en las axilas es una nueva tendencia que ayuda a controlar la sudoración excesiva (también llamada “hiperhidrosis”), que se presenta cuando el cuerpo produce sudor más allá de las situaciones comunes, ya que realiza esta generación de “agua” de manera irregular.
Esta enfermedad puede hacer que sea muy visible la sudoración provocando incomodidad y en muchas ocasiones mal olor, por lo que los desodorantes y anti-transpirantes ya no son suficientes. Debido a esto, nace el botox en las axilas, un nuevo tratamiento de belleza que promete detener este mal de una vez por todas.
Pequeñas cantidades de botox se inyectan en las glándulas sudoríparas de la zona de la axila (aproximadamente de 10 a 15 piquetes por axila), lo que provoca que se detenga la secreción de sudor, de cierta manera, se desactiva la creación de sudor. El procedimiento toma una hora máximo y en 10 días se comienzan a ver resultados.
Se necesita aplicar la toxina botulínica (botox) cada 4 o 6 meses, dependiendo de las recomendaciones del médico, para mantener su efecto, ya que el sudor puede detenerse máximo por 6 meses.
El principal es que logra detener la sudoración excesiva directamente en las glándulas por lo que no nos tenemos que preocupar por más manchas en la ropa, tampoco inflama las glándulas ni genera molestia posterior.
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Según las primeras investigaciones, el botox en las axilas es un procedimiento seguro, sin efectos secundarios, ya que no afecta otras partes del cuerpo y sólo detiene la sudoración; sin embargo, se necesita contar con asesoría médica para poder tomar una decisión adecuada y que se realice el tratamiento de manera segura.