A todas las mujeres nos gustaría tener la piel lozana y sin imperfecciones. No obstante, parece que hacemos todo lo contrario y dañamos nuestro cutis sin querer. Pero no te preocupes solo es cuestión de cambiar algunos hábitos e incorporar otros. Al hacerlo constantemente hará que se te quede grabado y verás la transformación con el tiempo.
Esta es una regla básica para el cuidado de la piel, pero son tres cosas fundamentales para tener un cutis saludable: limpiarla, hidratarla y protegerla. No puedes saltarte ningún paso, mucho menos si se trata de tu rostro. De lo contrario, aparecerán manchas antes de tiempo, granitos o afecciones difíciles de tratar. Por eso es fundamental el uso del bloqueador solar con factor (FPS) 50. No importa que solo vayas a estar fuera por unas horas.
El consumo de agua no solo es bueno para nuestro organismo, sino también para hidratar la piel, ya que no es suficiente con echarnos cremas, aceites o realizarnos tratamientos faciales. Es indispensable que tomes dos libros de agua al día, esta cantidad puede aumentar o disminuir dependiendo tus actividades.
Para eliminar las impurezas del día a día de tu rostro no solo basta con utilizar los desmaquilladores, geles o aceites. Por ello, puedes usar el agua micelar, con ella puedes limpiar a profundidad los poros de la piel. Además, existen distintas variantes para las necesidades de cada tipo de cutis.
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Aunque no lo creas, este punto es importante porque tiene contacto con nuestra piel. El cambiar las fundas de nuestras almohadas y nuestras sábanas por lo menos una vez a la semana. De esa manera evitaremos que algunas bacterias puedan lastimar el cutis.
Por último, cuida la forma cómo tocas tanto la piel de tu rostro como la de tu cuerpo. A veces somos más bruscas de lo que creemos y comenzamos a debilitarla. Así mismo, manipular excesivamente el rostro propicia la aparición de arrugas y el cutis se llena de bacterias.