La moda masculina se adueñó de algunas calles conocidas de París para mostrar su creciente poderío. Los desfiles de Issey Miyake y Louis Vuitton llamaron la atención del público en general, además de los recurrentes a este tipo de eventos de la industria.
Vuitton, de la mano del estadounidense Virgil Abloh, desplegó sus encantos en la Place Dauphine, uno de los enclaves favoritos de los parisinos en la céntrica Île de la Cité rodeada de cafés y típicos bistrós.
En esta ocasión, los bistrós se vistieron de Louis Vuitton: sillas a juego en rojo y negro, servilletas decoradas con el logo de la firma, puestos ambulantes de crepes de chocolate y helados y hasta un castillo hinchable: el Disneyland de la moda.
El concepto de Abloh, que cumple un año como director creativo de la marca y presentó con esta su tercera colección para hombre, es atraer al gran público y seducir a quienes adoran la marca, pero no pueden permitírselo: la idea es que sueñen y que algún día, quién sabe, puedan comprarlo, como le sucedió a él mismo.
Los adoquines de París sirvieron de pasarela y las terrazas de asientos para los invitados, que vieron desfilar una línea primavera-verano 2020 cargada de tonos pastel -tomados de los atardeceres- y estampados florales como forma de escapar a las prisas.
"Nuestra exploración de los códigos de vestuario están aún libres de los códigos y normas sociales, de las convenciones de género y las conductas culturales", dijo Abloh en un comunicado.
Si bien no renunció al nuevo aire que le está dando a la marca, con anchísimos pantalones, sudaderas de lujo en piel, gabardinas fluidas, deportivas y grandes bolsos y mochilas -todo con aires raperos-, cierto es que las flores y los colores suavizaron un estilismo que no suele entrar en el armario masculino.
El cosmopolita cambió la gorra por el sombrero de hortelano y los decoró con flores secas, que puso también en los bolsos; las margaritas -en relieve- decoran un arnés entorno a una camiseta básica y las bermudas y las faldas tipo "kilt" pero en colores lisos se convirtieron en los reyes de la pasarela.
En esta tercera jornada de la Semana de la Moda hombre, el japonés Issey Miyake también se permitió un capricho en la "Place des Vosges" del barrio de Le Marais, en la que se encuentran sus oficinas.
Miyake decidió presentar la colección de básicos que aún dirige, llamada "Homme Plissé" por encima de su línea primavera-verano.
Entre danzas y batucadas, los bailarines se dieron un paseo por la plaza luciendo sus amplios pantalones plisados, sus chaquetas desectructuradas con estampados geométricos y sus abrigos tipo ponchos, en negros y blancos, pero también rojos, fucsia o naranja.