Si eres propensa a tener botes de acné en tu rostro, es igualmente probable que tengas una tendencia a tener granitos en la espalda. Aunque las dos áreas parecen completamente diferentes, ambas tienen las mismas glándulas productoras de aceite que, cuando se mezclan con baterías y células muertas de la piel, pueden causar brotes.
Por ello, al igual que intentamos eliminar los granitos del rostro de muchas maneras, te enseñamos una variedad de trucos y consejos para mantener tu espalda suave y libre de imperfecciones.
Cambia el gel o jabón de tu baño, por uno que contenga ingredientes para combatir el acné, como ácido salicílico y ácido glicólico para exfoliar los poros obstruidos.
Productos como las mascarillas y los acondicionadores, a menudo están llenos de ingredientes que obstruyen los poros. Así que después de enjugar bien el cabello al final de la ducha, cúbrelo con una toalla y luego enjuaga tu espalda una vez más antes de salir. Y no te olvides de colocar una toalla o un polo en tu espalda antes de soltar el cabello húmedo.
Mientras que un exfoliante químico (como el ácido salicílico o el ácido glicólico) ayuda a disolver la suciedad y el aceite en los poros obstruidos, un exfoliante físico, como los caseros que utilizan los granos de café, azúcar o avena, eliminan las células muertas de la piel, haciendo que los exfoliantes químicos sean aún más efectivos.
Pero ten cuidado: usa un exfoliante no más de una o dos veces por semana, o podría causar más brotes por irritación.
Debido a que los brotes en tu espalda son similares a los del rostro, puedes usar el mismo tratamiento que usas para hacer desparecer los granitos.
Hacer ejercicio es una increíble manera de aliviar el estrés, pero no de mantener limpia tu piel. Por ello, asegura de lavar tus sostenes deportivos después de cada uso, y dúchate después de cada sesión de deporte. Si por algún motivo no puedes bañarte, prueba con las toallitas desmaquillantes para eliminar el sudor y el aceite antes de que obstruyan el poro.