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16 Oct 2022 | 15:06 h

¿Por qué los perros ladran cuando viene un temblor?

Investigadores asiáticos revelan que los perros ayudan con la prevención de temblores de China y Japón.

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    Conoce más detalles de los amigos de cuatro patas. | Composición Wapa

    Los perros son seres inteligentes y muy habilidosos. Estos animales son capaces de sentir cuando un movimiento sísmico se acerca. Además, los canes ayudan en parte para detectar los temblores en países asiáticos.

    Cuando viene un temblor, los perros comienzan a ladrar de manera excesiva. Incluso, animales como aves y serpientes reacciones ante la presencia de terremotos.

    "Un estudio de 2011 de la Open University en Reino Unido encontró que las tensiones que se acumulan a lo largo de las líneas de falla del terremoto liberan partículas con carga eléctrica que se transmiten por las rocas produciendo cambios químicos en las aguas subterráneas", se lee en el portal de la BBC.

    "Esto podría haber sido la razón de que los sapos de repente dejaran sus estanques unos días antes del terremoto que golpeó L'Aquila, en Italia, en 2009. Su estanque se hallaba a 74 kilómetros del epicentro del terremoto", acotaron.

    Del mismo modo, los especialistas señalan que los perros sienten los movimientos telúricos cuando vienen. También, comienzan a ladrar y otros se alejan de sus localidades.

    Cabe recordar que en 1975, las autoridades chinas de Haicheng fueron advertidos por la conducta extraña de los animales y pidieron la evacuación de 90 mil personas. Luego de unas horas, se reportó un terremoto de 7.3 en la escala de Richter.

    Perros tienen bien desarrollados sus sentidos

    Asimismo, un médico veterinario llamado Robert Eckstein indicó que los canes tienen sus sentidos bien desarrollados como el olfato y la audición.

    "Los perros tienen los sentidos de la audición y el olfato mucho más desarrollados que los humanos. Perciben aspectos del mundo real que nosotros desconocemos", manifestó el Dr. Robert.

    Es por esa razón que empiezan a ladrar, a inquietarse, a correr de un lugar a otro, porque el ruido los altera.