Hace tres años apareció por primera vez una perrita callejera en una estación de servicio local de Castelo en Brasil. Con sed y hambre la pequeña se quedó en el lugar esperando conseguir una muestra de cariño, la cual llegó por parte de quienes atendían en el lugar. Le comenzaron a dar comida durante varios días, ya que la perrita volvía al lugar varias veces hasta conquistar completamente sus corazones.
“Le dábamos un poco de comida directo de una caja y se la comía. Sólo que a la hora de ir a casa y seguir su camino, ella se quedaba aquí en el puesto”, mencionó Cleyton Brites, de la estación de servicio, a Razões para Acreditar
Si bien tomó cierto tiempo antes de adoptarla, la pequeña ya forma parte de la familia del servicentro, además fue bautizada como Pandora. Hoy no solo cuenta con el cariño del personal de la estación de servicio, también se encarga de la vigilancia nocturna del lugar.
“Con cualquier movimiento que tengamos durante la noche ella da la señal, ladra, llama la atención”, cuenta Cleber Beraldi, gerente de la estación, sobre la ardua labor de Pandora.
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Ella cuenta con una credencial que lleva su imagen y nombre, la cual la identifica como parte del personal. La pequeña pandora también conquistó con rapidez a los clientes del local, quienes respetan su espacio y le dan cariño siempre que acuden. (Con información de Upsocl)