Cuando nuestros hijos van creciendo nuestra preocupación aumenta cuando pensamos cómo enseñarles a nuestros pequeños a defenderse sin que lastime o hagan sentir mal. Esto es complicado porque como toda madre buscamos que nuestro pequeño tenga una vida tranquila y sociable.
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¿Cuál es el límite que deben tener nuestros hijos? El que críes a una persona enseñándole a respetar a sus compañeros y su sociedad no impide a que sepa defenderse cuando lo necesite, esto no lo hace ser una mala persona y mucho menos un agresor o abusivo por hacerse respetar.
Aprender a decir NO, no me gusta que me hagas eso, no me gusta que me pongas apodos, no quiero jugar así, etc. No te limita a sociabilizar como muchas personas creen. Es un derecho decir No, cuando algo simplemente no te gusta.
Aprender a ignorar a esas personas que no suman nada positivo a tu vida es algo valiente. Dejarlo hablando solo es lo mejor, pero si quieres responder a los ataques una pequeña y simple frase que todos usamos en un momento de nuestras vidas “el que lo dice lo es”, puede parecerte gracioso, pero lo que menos espera un intimidador o agresor es que le respondes.
Si sientes que no puedes sólo puedes avisarle al profesor o profesora lo que está pasando, o buscar el apoyo de tus amigos para sentirte más seguro y confiado.
Si te molestan con algo de tu aspecto o personalidad, nunca olvides que eres especial y único. Todos somos diferentes y nadie es mejor ni peor.
No importa como luzcas, si eres gordito, flaco, alto, bajo o tienes un aspecto diferente no interesa. Lo que se valora es como eres con los demás.
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No siempre vamos a estar al lado de nuestros hijos protegiéndolos, aunque así quisiéramos, pero es importante hablar con nuestros pequeños y decirles las cosas como son, darles esa confianza de contarnos todo y que sepan que siempre estaremos ahí para ellos.