Miles de bañistas procedentes de diversos distritos de Lima, llegan cada semana a la playa Agua Dulce, la más popular de la Costa Verde para gozar del mar y los rayos solares de este verano.
Familias completas, parejas, jóvenes, madres con sus niños ocupan la cálida arena de esa parte del litoral chorrillano siempre dispuesto a cobijar almas libres y a los amantes de la naturaleza.
(Foto/Jorge Cerdán)
La belleza tiene sus propias reglas, y por esa razón, no se ven necesariamente cuerpos apolíneos ni curvilíneos sino solo seres felices de gozar de la frescura marina desde muy temprano en la mañana hasta la caída del dios Sol.
Porque, aunque usted no lo crea, a pesar de la cantidad de sombrillas multicolores, de vendedores ambulantes que ofrecen desde ropas de baño, sombreros y vasitos de leche de tigre hasta bloqueadores, aretes y collares caminando la playa de punta a punta, la gente se vacila en Agua Dulce.
No tiene pierde, la gente sufre, pero goza, no le importa si no tiene a la mano vestidores para cambiarse de ropa ni una buena silla para dormir ni tampoco un restaurante para comer un lomito saltado o el clásico aeropuerto.
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La playa Agua Dulce es el paraíso para sus fieles bañistas, es su referente del verano. Es la playa de todos los limeños pero también de extranjeros que eligieron nuestro país para echar raíces y disfrutan cada verano de las bondades de este lugar de esparcimiento.