La estadounidense de 49 años, Tammi Jonas, reside en Victoria (Australia). Ella es una mujer quien le ha dedicado toda su vida a la alimentación vegetariana durante tres décadas. Sin embargo, todo cambió al estar embarazada de su tercer hijo.
Todo sucedió cuando la estadounidense se encontraba en el trabajo y sintió un peculiar antojo: una hamburguesa. Situación que la llevó a cambiar radicalmente su estilo de vida, para siempre. Ahora se dedica a la crianza de cerdos y cuenta con su propia carnicería.
“Estaba en el trabajo un día y pensé: una hamburguesa solucionaría esto”, contó la emprendedora a 10 Daily.
La historia ha sido recogida por el New York Post, Tammi Jonas, dejó de comer carne cuando tenía 19 años, tras leer el libro Animal Liberation, publicado en 1975 en Australia. Llevó su régimen vegetariano con éxito en sus dos embarazos anteriores, sin embargo cuando esperaba a su tercer hijo, se volvió “peligrosamente anémica”.
A pesar de haber incluido suplementos a base de hierro, la vegetariana no encontró mejoras y optó por consumir proteína animal, de esta manera Tammi Jonas empezó a sincronizar con una alimentación omnívora.
“Volví a la carne roja, carne de res y cordero, una vez a la semana durante todo el embarazo, y pasaron algunos años antes de comer carne de cerdo o aves de corral”, señaló.
“Siempre me he sentido cómoda con mi lugar en la cadena alimentaria, pero pensé que era inmoral tratar [a los animales] cruelmente, no permitirles salir a la calle y respirar aire fresco”, manifestó.
Luego de cambiar su estilo de vida, Tammi Jonas junto a su esposo Stuart decidieron dedicarse investigar sobre la crianza de cerdos. Cabe señalar que la ex vegana habría pasado gran parte de su niñez en un rancho ganadero en la zona rural de Oregon, quien por los años 90 decidió mudarse a Australia.
“Cuando eres de la tierra, está en tus huesos”, señaló entre sonrisas.
De esta manera la pareja decidió inaugurar una pequeña granja sostenible en las tierras altas centrales de Victoria, con el compromiso de tratar a los cerdos con respeto.
“Cuando eres de la tierra, está en tus huesos”, señaló entre sonrisas.