Pasar el frío al calor puede resultar pesado si es que solemos guardar nuestra ropa por estaciones y debemos remover armario. Sigue estos consejos al estilo Marie Kondo para que no pierdas la cabeza (ni tu ropa) en el intento.
Puede parecer que ordenar tu cuarto te tome mucho tiempo y quieras hacerlo en varios días, pero mejor tomate un día entero para hacer todo de una vez y disfrutes de los resultados el día siguiente.
Saber realmente cual es la cantidad de ropa, accesorios y zapatos que tenemos es super importante para pensar que vamos a guardar, desechar o conservar. Haz un chequeo general y recoge toda la ropa y accesorios que tengas distribuidos por la casa y colócalos en un solo lugar.
Para comenzar, toda cosa que te genere sentimientos positivos merece quedarse en tu armario. Lo que no, entonces puede ir al grupo para guardar o donar si sientes que ya no lo necesitas más.
Desde la ropa que más usas como blusas, vestidos, jeans, faldas; las que son para actividades más específicas como ropa deportiva, uniformes, ropa de baño, vestidos de gala; accesorios como carteras para llevar al trabajo, carteras casuales, bufandas, correas, etc.
Haz 3 montones con tu ropa: lo que sabes que te va a quedar si o si, la ropa que no vas a querer más, y la que necesita un arreglo para seguir usándolas
Incluso algunas tiendas de ropa interior utilizan este método para que sus clientes observen a primera vista todos los modelos. Guardar en vertical tu ropa, medias, y otras prendas hará que tengas los colores y todo lo que tienes a la vista. Además, al sacar uno no se desmoronarán las otras prendas como cuando apilamos uno sobre otro.
Haz como un “degradé” con los colores más oscuros a la izquierda y los claros a la derecha, o como visualmente para ti se vea más bonito y atractivo.
Una de las recomendaciones de Marie Kondo es colgar la ropa más pesada como abrigos, chompas, en la parte izquierda y lo más liviano ir poniéndolo a la derecha.
Aunque tengamos un armario lleno de cosas, siempre hay prendas y accesorios que usamos más. Ten esa cartera guerrera o esos polos básicos que siempre te sientan bien a la vista y en un lugar donde puedas agarrarlos en una y continuar con tu rutina.
Últimos, pero no menos importantes, si tienes espacio en tu ropero para colocarlos todos trata de ordenarlos según tipo: zapatillas, con taco, ballerinas, sandalias, etc. Si no cuentas con un zapatero entonces lo mejor es colocar en cajas bien cerradas y evitar que entre la humedad.
Claudia Cáceres, artista y experta en organización nos aclaró más sobre el tema.
Si tenemos un closet pequeño, debemos revisar, priorizar y ordenar. Primero debemos conocer y revisar qué ropa tenemos, decidir lo que deseamos conservar y lo que no necesitamos. Antes de poner la ropa en el clóset, lo más recomendable es lavarla, porque vivimos en una ciudad extremadamente húmeda, y la acumulación de hongos en la ropa guardada es inevitable. Lo mismo aplica para la ropa que vamos a guardar. Recomiendo guardar la ropa limpia, para que no aparezcan hongos o manchas en nuestra ropa.
Personalmente pienso que no. A mí no me funcionaría ya que esto implicaría tener tiempo para hacerlo y lamentablemente no lo tengo. En mi casa por ejemplo cada cosa tiene su lugar, porque así no se me pierde nada y me resulta fácil mantenerla ordenada. Si algo no tiene un lugar, lo regalo o desecho. Pero para las personas que siguen los principios del Feng Shui sí es importante, porque ellas piensan que los cambios en su casa facilitan los cambios en su mente.
Porque de esta manera sabes exactamente qué tienes, qué necesitas, qué cosas debes reemplazar y qué cosas regalar.
Lo primero que tenemos que hacer es conocer qué ropa tenemos. A veces compramos ropa para una determinada ocasión y no la volvemos a usar en uno o dos años. Es muy probable que no volvamos a utilizar la ropa que no hemos usado en uno o dos años. Si esta está en buen estado, y tenemos planeado volver a usarla, la debemos guardar limpia. Si está en buen estado y no deseamos volver a usarla porque está pasada de moda u otro motivo, debemos regalarla a alguien que la pueda usar o la necesite. Si está gastada es mejor desecharla.