Ese espejo que heredaste de la familia y que pasó de generación en generación o el que tus padres compraron cuando eras niña y no hay forma que te deshagas de él porque tiene un peso emocional que cada que lo ves te hace decir: ¡No lo tires es valioso!.
Ese espejo que tanto quieres, no tiene que irse. Es más, no debería. En estos tiempos de las 4 R’s que trae entre las más importantes la “R” de reciclaje no podemos darnos el lujo de tirar cualquier objeto sea más nuevo o viejo a la basura sin más.
Estos tiempos son los que nos hacen valorar los objetos y darles una segunda vida y poner en práctica la ‘reutilización’ y ser más conscientes con el ambiente.
Para poner en práctica el que deberá ser un estilo de vida cotidiano tenemos esta idea para que pueda conservar tus objetos y a la vez tus habilidades decorativas salgan a flote.
Espejo antiguo
Chalk Paint o pintura a la tiza (color a elección)
Brochas y esponja
Líquido limpiador
Cera o sellador de pintura
Franela o trapo
Papel periódico
1 Toma el trapo limpio que no suelte pelusa y sumérgelo en una solución de agua y jabón para lavar platos. Limpia suavemente el polvo y suciedad acumulada durante años de uso o almacenado.
2 Agita la pintura durante 1-2 minutos. Luego remueve con un palillo de madera limpio hasta que esté mezclado y obtengas una textura cremosa y uniforme.
3 Con la brocha o cepillo cubre el espejo de manera uniforme y no demasiado gruesa.
4 Deja secar la pintura completamente (30-50 minutos).
5 Si deseas una cobertura más completa vuelve a repetir la misma dinámica desde agitar la pintura.
6 Cuando la pintura esté completamente seca aplica cera o sellador de pintura para darle un acabado que alargue la pintura y proteja al limpiar.
7 Pule el espejo con u trapo limpio. Esto ayudará a resaltar el aspecto envejecido y aportará brillo.
Y listo ya has recuperado tu espejo y a la vez has aplicado la “R” de reutilizar en tu rutina de decoración. No lo dejes de hacer ¡Renueva tus objetos!