Con la ternura que la caracteriza, Susana Baca abre las puertas de su hogar en Santa Bárbara, de San Luis de Cañete, a Wapa.pe para conversar sobre lo vital que es la música criolla en nuestro país.
¿Qué tal su reciente presentación en Bogotá?
Desde que empezó la COVID-19, es mi primer concierto fuera del Perú. La pandemia fue un remezón para todos.
¿Cómo ha estado manejando su ansiedad?
He aprendido a vivir con la nueva normalidad. Tenía el miedo de no saber si al día siguiente amanecía o moría. En medio de todo esto, volví a cantar y eso fue mi cura.
MÁS EN WAPA: Día de la Canción Criolla: origen, temas representativos y otros datos sobre esta celebración
¿Qué tan importante es la música criolla?
Es una fuente de vida. Lamentablemente, solo la recordamos cada 31 de octubre, pero después nadie dice nada. Los jóvenes que estudian música no se enfocan en Máximo Bravo, Felipe Pinglo, Andrés Soto, Chabuca Granda o Pablo Casas, quienes son compositores clásicos. Espero tener voz hasta el último día de mi vida porque me emociono cuando canto.
¿Cómo le gustaría celebrar?
Escuchando a don Wendor Salgado o los tonderos de Cecilia Barraza.
¿La música criolla es valorada?
Está un poco olvidada y creo que los artistas tenemos la culpa de eso. Hay gente que no le gusta el género porque están acostumbrados a escuchar una guitarra bien tocada y de pronto se topan con cualquier acorde. Tendríamos que revalorar nuestra música criolla, pero han surgido grupos medios payasos, haciendo escarnios del arte. Siento que estamos a tiempo de recuperar la esencia.
TE PUEDE INTERESAR: Las 10 mejores canciones criollas con las que puedes acompañar tu almuerzo [VIDEO]
¿Ha evolucionado?
Se sigue componiendo, pero hay menos difusión. Quizás los artistas tenemos la culpa de eso, porque tocar ese género era algo común. Había guitarristas que no se preocupaban por sus cuerdas, nadie exigía a la hora de tocar frente a un público. La gente iba a las peñas a tomar y gritar.
¿Es machista?
Hay letras que no tienen sentido, yo muchas veces he rechazado cantar algunos temas porque encuentro agresiones, pero en la poesía sí leo recursos. Es un placer cantar los versos de Carlos Oquendo de Amat.
Mucho se vincula a la música criolla con la bohemia. ¿Es solo un prejuicio?
Los músicos tienen que trabajar en lo que sea. Antes eran chóferes, albañiles o vendían carnes. La mayoría de los artistas, en el día trabajaban de cualquier cosa y en la noche tocaban. De la música no se vive realmente, pero en los ratos libres, se encontraban y brindaban. Era el único momento para tocar.
¿Musicalizar al poeta Enrique Verástegui es un tema pendiente o descartado?
Cuando estuvo vivo, tuve la intención. Un músico joven le hizo un arreglo musical a uno de sus versos y resultó hermoso. Recuerdo mucho que Chabuca Granda leyó ‘En los extramuros del mundo’ y le gustó mucho. Me dijo que Enrique es un gran poeta.
¿Para la mujer es fácil ganarse un nombre en la música?
Antes no, porque el arte estaba relacionado con la informalidad, la bohemia y la vida ligera. Chabuca Granda se presentó en sus primeros concursos con seudónimos, porque su familia no quería que se dedique al arte.
El exmandatario Francisco Sagasti es un confeso admirador suyo …
Es un hombre muy comprometido, pero ahora lo acusan de terrorista. La gente está loca, hay que respetar (los espacios privados). Ha sido un presidente, que, en el poco tiempo, hizo las cosas como se debieron hacer.
¿El gobierno de Pedro Castillo se preocupa por la música criolla?
Los pobres están tratando de hacer cosas y les cuesta muchísimo. En el ministerio de Cultura se había avanzado bastante con Alejandro Neyra y es terrible que no continúe alguien que estaba funcionando. Yo no conocía al señor Ciro Gálvez, pero lo bueno que dijo es que quería un líder de los pueblos amazónicos en el viceministerio de Interculturalidad. Y otra cosa que hizo es ir a las comunidades y habló en quechua. Sin embargo, después, no me cuadró su actitud porque tú como ministro eres un servidor, no dueño del mundo.
¿Qué opina de la ministra de Cultura, Gisela Ortiz?
No sé cómo van las cosas con ella, pero siento que la están atacando mucho. Hay un sector de nuestro país que quiere deshacerse de todo y con esa política de arrasar no vamos a ninguna parte. Es preocupante que el Perú esté en esa situación de revancha.