El actor Rafael Amaya recordado por su paso por la telenovela “El señor de los cielos” fue dado de alta de un centro de rehabilitación hace tres meses, pero sorprendió luego que fuera visto corriendo y gritando entre los autos con delirios de persecución.
Cuando se pensaba que Rafael de 44 años ya se encontraba más estable, que estaba recuperando la salud y que pronto retomaría la exitosa serie de Telemundo, protagonizó un lamentable episodio que muestra que su salud mental pende de un hijo.
Y es que hace poco se emitió un video donde se le ve al artista a altas horas de la noche, gritando por las calles de Tijuana que un grupo de personas lo han querido secuestrar. Sobre eso, el medio Tv Notas se comunicó con un amigo del mexicano y reveló lo siguiente:
“En agosto pasado, Rafa entró a rehabilitarse al centro especializado que tiene Julio César Chávez en Culiacán, Sinaloa, pero de ahí salió a finales de diciembre y se vino a Tijuana, donde vive parte de su familia”, contó el allegado del actor.
Por otro lado, comentó que les dio un susto, ya que Rafael se escapó de la casa de su familia en horas de la madrugada, y apareció enloquecido y muy asustado por las calles de Boulevard Agua Caliente y Avenida Tapachula”.
“Sí, por fortuna no había tanto tránsito y corrió con suerte de no ser atropellado y en una de ésas perder la vida. Por gracia divina, un conductor, sin saber de quién se trataba, se detuvo y lo metió en su coche para evitar que lo fueran a atropellar y se lo llevó a una gasolinera frente al Hotel Marriot para que se tranquilizara”, manifestó al medio mexicano.
Según el amigo del actor, este pedía ir al Ministerio Público y que no quería hacer más escándalo porque es una persona pública, pero que había un grupo de personas que lo perseguían en varios autos.
Al lugar llegaron policías que intentaron tranquilizarlo, para ese momento Amaya estaba dentro del carro de un señor que lo rescató.
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“Un policía le advirtió al joven que no se lo llevara porque se podía meter en un gran problema legal por el estado en el que estaba Rafa”.
Al final, Rafael llamó a un familiar y en menos de 15 minutos lo fue a recoger a la gasolinera.