La historia de vida de una artista a veces no suele ser todo de color de rosa. Y eso lo sabe muy bien Bárbara Mori, quien reveló detalles de su infancia y su crecimiento en una familia disfuncional.
Aunque la reconocida actriz se caracteriza por no hablar de su vida privada, concedió una emotiva entrevista a Lety Sahagún y Ashley Frangie por medio de un podcast Se regalan dudas, donde sorprendió a sus seguidores por sus confesiones.
Bárbara inició comentando que no había sido fácil su infancia, pues, la marcó mucho en diferentes sentidos. “Trato de mantener mi vida privada, súper privada, porque pues es lo poquito que me queda mío, he compartido poco de lo que soy, de dónde vengo, cómo crecí”.
Uno de los momentos más fuertes que una niña puede pasar, es sentir el abandono de una madre. Esta experiencia no solo afectó a la uruguaya, su padre fue alcohólico. Esta experiencia la marcó de por vida generándole una tristeza y oscuro pasado.
“Tuve una infancia súper, súper dura, que me marcó muchísimo en todos los sentidos. O sea, crecí sin mamá, y crecí con un padre alcohólico y tuve una infancia súper dura, triste, oscura, violenta, como muy alejada del amor”.
Tanto fue el dolor en Morí, que llegó a sentirse culpable."La creencia que me acompañó en mi vida y que se volvió como un statement en mi vida es ‘tú no eres lo suficientemente buena para que mamá se haya quedado, ni para que papá te quisiera’, entonces como crecí con esta creencia".
Ante los problemas familiares, la intérprete desde niña deseó irse de su casa. Por eso, ni bien cumplió 14 años se fue a trabajar. Tres años después, se fue de su casa para encontrar un lugar donde se sintiera bien, ya que "estaba enojada con el mundo".
“En cuanto pude empezar a trabajar, empecé a trabajar a los 14 años, y trabajé hice de todo un poco, fui mesera en una pizzería, repartía volantes en un semáforo, fui booker en una agencia de modelos, bailé en antros. O sea, hice de todo un poco para poder ahorrar y salirme de mi casa”.
Gracias a su belleza física, se le presentaron oportunidades para modelar. Fue en ese momento, que las luces de la cámara se encendieron y la envolvieron por la pasión de artes escénicas. Entonces, aprovechó su juventud para estudiar.
Al año siguiente, empezó a participar en su primera telenovela hasta que se le presentó el protagónico de Rubí, siendo una de la mujeres más cotizadas de la televisión. “Si me voy hacia atrás en el tiempo, esa mujercita que empezó a tratar de abrirse paso para salirse de esa violencia en la que vivió, pues era una mujer que estaba muy enojada con la vida y me refugiaba mucho en mi carrera”.
Para Bárbara no ha sido fácil superar los golpes que la marcaron. “La realidad era que pues a mí me rompieron mucho por dentro cuando era chiquita y empezar a juntar mis pedacitos me costó mucho trabajo, darme cuenta de que necesitaba empezar a mirar hacia adentro fue algo que empezó a traerme una transformación”.
Al finalizar la conversación con las conductoras, manifestó un testimonio que sintió por años."Como crecí con esta creencia, pues no eres lo suficientemente buena para tener un hombre que te respete, que te quiera, te valore y te cuide porque ni siquiera tú ni siquiera te valoras, ni te respetas, ni te quieres, ¿sabes?".