En una entrevista a The Dodo, una mujer de nombre Laurie Wolf, contó una curiosa historia de amor paternal. La chica se encontraba observando los nidos que diferentes pajaritos habían puesto sobre los árboles del patio trasero de su casa. De repente notó que una mamá pato estaba trasladando sus huevos de un lugar a otro. “Parecía como si alguien hubiese saqueado su nido”, aclaró la mujer.
Laurie no encontró otra explicación para que la mamá pato se encontrara cambiando de lugar sus huevos. Laurie no entendía a dónde se los estaba llevando y decidió no prestarle atención. No fue hasta después de un mes cuando notó algo “extraño” en el jardín.
Un gran Búho se asomó por el hoyo de la “ex casita” de la mamá pato. “Había visto algo moverse en esa casa, alrededor de las 4 pm de ese día, y pensé que quizás además tendríamos una cría de búho, pero resultó que dos horas después apareció un patito en la entrada”, contó Laurie.
Según los especialistas, esta especie de patos se alejan de sus nidos solo por un día y vuelven cuando escuchas a sus crías llamarlos. No obstante, en este caso era distinto, púes tanto el búho como el patito se veían muy cómodos, así que no habría prisa por encontrar a la mamá del pequeño pato.
Wolf estuvo observando durante 30 minutos como ambas aves sacaban su cabeza por la casita y jugaban, incluso el búho alimento al pequeño pato en una oportunidad, sin embargo, al rato, al fin los padres del pequeño aparecieron.
“Asumimos que los padres escucharon al pequeño pato y por ello salieron de su casa y se fueron hasta la otra”, finalizó. Lamentablemente, estos dos amigos tuvieron que separarse, pero seguro recordarán su breve amistar por toda la vida.