El nombre de Kolinda Grabar-Kitarović fue conocido en todo el mundo, debido a que la presidenta de Croacia rompió protocolos y acompañó a su selección en los partidos contra Dinamarca y Rusia. Regaló camisetas croatas a sus similares como Donald Trump y es la máxima fanática de su equipo.
La presidenta croata logró cautivar la atención con su presencia en los partidos que llevaron a avanzar al equipo; sin embargo, se perdió el encuentro ante Inglaterra por un viaje a la cumbre de la OTAN.
La poderosa mujer llamó la atención al disfrutar del Mundial desde la grada, vistiendo y luciendo la camiseta de la Selección de Croacia como una aficionada más, incluso medios internacionales revelaron que pagó con su propio dinero el viaje a Rusia en clase turista y se descontó los días no trabajados de su sueldo como gobernante.
Grabar-Kitarović asistirá a la final, donde la selección croata se enfrentará a Francia el próximo domingo. Croacia se convirtió en finalista de un Mundial por primera vez en su historia el pasado miércoles tras vencer en la prórroga a Inglaterra. Y la presidenta no dudó en bajar a celebrarlo con los jugadores, rompiendo protocolos.
Hoy el mundo la conoce por ser la máxima hincha de su equipo de fútbol y por llevar la camiseta a todas partes con orgullo, pero también es considerada como una gran persona al cubrir sus propios gastos sin la necesidad de pedir al Gobierno dinero para cubrirlos.