Ha pasado una semana desde que le dieron el voto de confianza y un mes desde que Mirtha Vásquez asumió la presidencia del Consejo de Ministros y, desde que empezó, han sido algunos miembros de su gabinete los que han petardeado la estabilidad y, por tanto, su permanencia. El último escándalo se dio con las denuncias en contra del ministro Walter Ayala por dos excomandantes generales de las Fuerzas Armadas y que terminan salpicando hasta al mismo Pedro Castillo.
Tras esas denuncias, “Vásquez esperaba reunirse con el presidente Pedro Castillo para decidir, luego de esa conversación, si se queda o se va del premiarato”, ya que se mostró en desacuerdo por la permanencia de Ayala en su ministerio, reveló el semanario de César Hildebrandt.
Como se recuerda, el último miércoles Walter Ayala salió confiado de una reunión con el presidente a un día de haber puesto su cargo a disposición, dejando en claro que tenía el apoyo de Pedro Castillo. La desazón de Vásquez se evidenció al no acompañar a Castillo Terrones a Ayacucho para su discurso de los primeros 100 días de gestión, algo que la congresista Kelly Portalatino tomó como desaire y le pidió que renuncie.
Una semana antes Vásquez logró poner contra las cuerdas al jefe de Estado para conseguir la renuncia de Luis Barranzuela del ministerio del Interior, luego que este organizara una fiesta en su casa para festejar el Día de la canción criolla, toda vez que había una prohibición de reuniones sociales que su misma cartera había emitido días antes.
De acuerdo a la información del semanario, el presidente “está convencido de que no ha perpetrado ninguna irregularidad con la remoción de los excomandantes generales del Ejército y de la Fuerza Área. Castillo considera que tiene atribución plena, en su calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, para nombrar y destituir a los jefes militares, en cualquier momento y sin justificación alguna”, según ley N° 28359.
“Quienes afirman lo contrario crean confusión para justificar una pretendida vacancia presidencial, una vez más afectando la gobernabilidad”, manifestó el ministro de Justicia Aníbal Torres.
Si bien, Mirtha Vásquez no se ha pronunciado más allá de decir que el gobierno respeta a las Fuerzas Armadas y que se tomarían “decisiones” que no han llegado, espera una salida que no llega porque el presidente no se la ofrece. Se baraja una fuerte hipótesis, la cual sería que el mantener a Ayala en el Ministerio de Defensa, es para forzar la situación al límite para deshacerse de la molesta premier. Y la verdad, no es una idea descabellada, tras lo que uno lee en el semanario Hildebrandt en sus trece.
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Al parecer, hay ciertos miembros del equipo ministerial que no ven con buenos ojos a Mirtha Vásquez y le han aconsejado hacer cambios en el gabinete. Es más, hay rumores que vocean a Aníbal Torres o Pedro Francke que podrían reemplazar a la ministra, pero ninguno de ellos ha avalado esas versiones.
Un alto funcionario del gobierno reveló al semanario un hecho extraordinario que explicaría el comportamiento errático del presidente. La fuente aseguró que Castillo tomó la decisión de sacar a Bellido porque su papá Ireno Castillo llegó desde Chota para “cuadrarlo” y exigirle la salida del congresista de la PCM.
“Es decir, el mandatario destituyó al expremier únicamente porque su padre le planteó con mucha energía que lo removiera del equipo ministerial”. De ser cierta esta información, ojalá el padre del jefe de Estado vuelva para poner orden en el Palacio y exigirle a su hijo que acabe con la crisis en la que mete al país cada semana, aunque suene a ironía.