¿Por qué la infección del coronavirus provoca la pérdida del olfato y el gusto?
Únete al canal de Whatsapp de WapaEl toser y/o estornudar se ha convertido en un pecado de la sociedad en tiempos donde la población vive atemorizada por el COVID-19; sin embargo, los profesionales de la salud nos han brindado ciertas pautas para reconocer a una persona enferma de gripe y otra infectada con el virus.
Los síntomas más comunes del coronavirus son la fatiga y la congestión nasal, pero también hay que sumarle la pérdida de olfato (anosmia) y del gusto (disgeusia), las cuales suelen pasar “muy desapercibidos” por los médicos.
La anosmia es considerada como uno de los síntomas iniciales de la enfermedad y su pronto reconocimiento contribuye rápidamente con la identificación de personas que sean portadoras del SARS-CoV-2 en fase iniciales de la enfermedad.
No percibo (huelo) nada, ¿qué hago?
Los doctores han identificado la pérdida del olfato tanto en pacientes graves hospitalizados por el nuevo coronavirus en Italia, como en personas con síntomas leves que no necesitaron ser internados de emergencia en Estados Unidos.
Ahora, ante la crisis epidemiológica que vive el planeta entero, una persona que presente fatiga, tos y anosmia es sospechosa de tener una infección por COVID-19.
¿Por qué perdemos el olfato si nos infectamos?
El coronavirus utiliza dos proteínas de la superficie de las células para ingresar a nuestro organismo: ACE2 (Angiotensin converting enzyme II) y TMPRSS2 (transmembrane serine protease 2).
La primera se encarga de convertirse en el receptor para una hormona llamada Angiotensina 2, que entre sus principales funciones regula la presión arterial. Pero, por su parte, el virus tiene una proteína clave en su superficie llamada proteina S (spike), la cual funciona como una “llave maestra” capaz de unirse a la proteína ACE2.
A partir de ese momento, la TMPRSS2 ingresa a la acción, ya que, al ser una enzima, corta la proteína S en dos fragmentos: S1 y S2, permitiendo la incursión del virus mediante un proceso conocido como endocitosis.
Una vez adentrado en las células, el virus del COVID-19 forma una cubierta con la membrana celular como si fuese un escudo que la sostiene, “agarrándose” a los receptores ACE2. De esa manera, tiene vía libre para infectarnos.