Bomberos rescatan a dos gatos bebés atrapados en una iglesia en llamas
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El último 18 de octubre, la ciudad de Chile vivió protestas extremas por parte de sus ciudadanos que descargaron su ira contra las iglesias de la ciudad, pero entre las más afectadas se encontraron la Iglesia San Francisco de Borja y la Parroquia de La Asunción que, en Twitter, se viralizaron las crudas imágenes de los desmanes.
Sin embargo, lo que más indignación causó entre los cibernautas fue la falta de cordura de las personas que fueron contra las creencias religiosas y contra la vida de animales, ya que en uno de los templos se encontraban dos gatitos que sufrieron las consecuencias de los actos violentos que terminó en un gran incendio.
La Parroquia de La Asunción, según la prensa local, albergaba a unos felinos que gracias al rápido accionar de los bomberos pudieron ser rescatados. "Voluntarios del CBS efectuaron el rescate de dos gatos desde la 2ª Alarma de incendio, en Av. Vicuña Mackenna y Barón Pierre de Coubertin", escribió la 10º Compañía.
"Dos gatitos rescatados en el incendio de la Parroquia La Asunción en Vicuña Mackenna. Bomberos dándole soporte vital básico", agregó la institución en sus redes sociales, detallando que una mascota se encuentra recuperándose en una clínica local y la otra ya fue adoptado por una gran familia.
Por amor a los animales
A través de Twitter, se informó que en el lugar del siniestro había un criadero de gatos, pero se desconocía la cantidad de víctimas, según pudo conocer T13. Pero los datos fueron desmentidos por el Arzobispado de Santiago luego de negar que exista un refugio y/o criadero de animales, afirmaron al portal Bio Bio.
De acuerdo a sus declaraciones dieron a entender que solo tenían a siete felinos bajo su custodia, pero esas mascotas eran exclusivas para controlar la presencia de palomas y ratones que existían en el recinto católico.
Los animales no tienen la culpa
Tras conocer a detalle la situación, miles de usuarios en Twitter no evitaron pronunciarse y expresar su indignación porque los colectivos desenfrenados que salieron a las calles no midieron las consecuencias de sus actos, y un claro ejemplo es el susto que pasaron los mininos rescatados.
