El actor mexicano Juan Pablo Medina, reconocido por su papel en la serie de Netflix "La Casa de las Flores" sufrió una trombosis venosa el pasado agosto del 2021. Asimismo, una de sus piernas fue amputada para salvarle la vida. De acuerdo con 'Ventaneando', tuvo daños en sus intestinos luego de entrar al hospital.
"Fuentes cercanas y muy fidedignas nos informaron que afectó los intestinos, parece que tuvieron que extraerlos para hacer todo el tratamiento", señaló la periodista Rosario Murrieta.
El actor de 43 años está ahora al lado de su familia en México y su pareja Paula Dávila. Cabe señalar que descartaron que la afección se haya originado luego de recibir la vacuna contra la COVID-19, ya que circuló información falsa respecto a ello.
A continuación, los expertos de salud de Mayo Clinic nos revelan qué es la trombosis venosa, sus síntomas y factores de riesgo.
La trombosis venosa profunda se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. La trombosis venosa profunda puede causar dolor o hinchazón de piernas, pero también puede ocurrir sin síntomas.
Puedes desarrollar una trombosis venosa profunda si tienes ciertas enfermedades que afectan la forma en que coagula la sangre. Un coágulo sanguíneo de las piernas también puede ocurrir si no te mueves durante mucho tiempo, por ejemplo, después de una cirugía o un accidente, cuando viajas grandes distancias o cuando estás en reposo en cama.
La trombosis venosa profunda puede ser muy grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse y desplazarse a través del torrente sanguíneo y atascarse en los pulmones y, de este modo, bloquear el flujo de sangre (embolia pulmonar). Sin embargo, la embolia pulmonar puede ocurrir sin evidencia de trombosis venosa profunda.
Cuando la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar ocurren juntas, se denomina tromboembolismo venoso.
Cualquier cosa que impida que la sangre circule o se coagule normalmente puede ocasionar un coágulo sanguíneo.
Las causas principales de la trombosis venosa profunda son el daño a una vena en una cirugía o un traumatismo e inflamación debido a infecciones o lesiones.
Los signos y síntomas de la trombosis venosa profunda pueden incluir los siguientes:
Hinchazón en la pierna afectada. Rara vez, la hinchazón aparece en ambas piernas.
Dolor en la pierna. Generalmente, el dolor empieza en la pantorrilla y se siente como un calambre o una inflamación.
Enrojecimiento o decoloración en la pierna.
Sensación de calor en la pierna afectada.
La trombosis venosa profunda puede presentarse sin provocar síntomas perceptibles.
Hay muchas cosas que pueden aumentar el riesgo de presentar una trombosis venosa profunda. Cuantos más factores de riesgo presentes, más alto es el riesgo de padecer una trombosis venosa profunda. Los factores de riesgo asociados a la trombosis venosa profunda son los siguientes:
Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda, aunque puede presentarse a cualquier edad.
Permanecer sentado durante períodos prolongados, como al conducir o volar. Cuando las piernas permanecen quietas por muchas horas, los músculos de las pantorrillas no se contraen. Las contracciones musculares normalmente ayudan a la circulación de la sangre.
Reposo prolongado, como en una larga hospitalización, o parálisis. Si los músculos de las pantorrillas no se mueven por períodos prolongados, se pueden formar coágulos sanguíneos.
Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o la cirugía pueden aumentar el riesgo de presentar coágulos sanguíneos.
Embarazo. El embarazo aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas. Las mujeres con un trastorno de coagulación heredado corren un riesgo mayor. El riesgo de presentar coágulos sanguíneos por el embarazo puede continuar hasta seis semanas después de tener a tu bebé.
Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Ambos métodos pueden aumentar la coagulación de la sangre.
Tener sobrepeso u obesidad. Tener sobrepeso aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas.
Tabaquismo. Fumar afecta la coagulación y la circulación de la sangre, lo cual aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
Cáncer. Algunas formas de cáncer aumentan las sustancias en la sangre que provocan que esta se coagule. Algunas formas de tratamiento contra el cáncer también aumentan el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.
Insuficiencia cardíaca. Esto aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda y una embolia pulmonar. Dado que las personas con insuficiencia cardíaca presentan una función cardíaca y pulmonar limitada, los síntomas causados incluso por una pequeña embolia pulmonar son más evidentes.
Enfermedad intestinal inflamatoria. Las enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, aumentan el riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. Si tú o un miembro de tu familia tuvieron una de estas enfermedades o ambas, es posible que corras un mayor riesgo de sufrir una trombosis venosa profunda.
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Genética. Algunas personas heredan factores de riesgo o trastornos genéticos, como el factor V Leiden, que hacen que la sangre se coagule con mayor facilidad. Es posible que un trastorno heredado no cause coágulos sanguíneos por sí solo, a menos que se combine con uno o más factores de riesgo.
Sin factores de riesgo conocidos. A veces, puede formarse un coágulo sanguíneo en una vena sin ningún factor de riesgo subyacente aparente. Esto se conoce como un tromboembolismo venoso no provocado.