Como sabemos, desde la llegada de la COVID-19 al Perú, se vienen haciendo esfuerzos para conocer cada día más sobre este virus que ha afectado enormemente al país. Lo que se sabe hasta hoy es que afecta a diversos órganos de nuestro cuerpo y que puede dejar secuelas en ellos, pero ¿qué ocurre con nuestros ojos?
Diversos estudios realizados al inicio de la pandemia, determinaron que uno de los síntomas poco comunes de este virus es la conjuntivitis. Además de ello, recientemente, se identificó un caso de un paciente con coronavirus positivo que solo presentó queratitis como único síntoma.
La queratitis es un proceso inflamatorio de la córnea, caracterizado por el enrojecimiento alrededor de esta estructura, disminución de la agudeza visual, exceso de lágrimas, dolor y sensación de picazón o ardor. Sin embargo, hasta el momento no existe evidencia de que se genere alguna enfermedad o secuela propia del coronavirus en los ojos.
Para el Dr. Gerardo Arana, Director Médico de Oftálmica Clínica de la Visión, lo que quedaría como consecuencia de la llegada del virus, no son necesariamente sus efectos como tal, sino los cambios que hemos tenido que realizar en nuestras rutinas para protegernos y adaptarnos a la nueva normalidad, como el teletrabajo y la exposición a pantallas.
A su vez, durante el confinamiento obligatorio, muchas personas se vieron afectadas por inflamaciones oculares de forma permanente, como la conjuntivitis irritativa, a raíz de las constantes desinfecciones de alimentos y superficies. Esta enfermedad oftalmológica podría convertirse en un problema severo si no se trata con anticipación, indicó.
Asimismo, el especialista señaló que en el caso de las personas que ya tenían alguna enfermedad en los ojos o que, durante la pandemia, comenzaron a tener afecciones relacionadas con la edad, como la Degeneración Macular Relacionada con la Edad (patología que afecta a la retina) o glaucoma, es necesario que acudan a un control oftalmológico adecuado y sigan el tratamiento con prontitud.
Si no existiera una revisión a tiempo, estas afecciones podrían avanzar rápidamente y convertirse en enfermedades permanentes con consecuencias más difíciles de tratar.
En el caso de los pacientes con la COVID-19, se sabe que se usan corticoides como parte del tratamiento para esta enfermedad. Esto es muy importante, ya que el medicamento podría inflamar el trabéculo, que es el sitio de desagüe de los líquidos del ojo, y elevar la presión intraocular al punto de desarrollar glaucoma.
Para el Dr. Arana, esta es una situación difícil porque la mayoría de personas que reciben este tratamiento se encuentran, generalmente, en UCI o con ventilación mecánica, lo que hace más complicado observarlos y medirles la presión intraocular. Por ello, es recomendable una revisión oftalmológica luego de haber estado hospitalizado o de haber pasado por un tratamiento con corticoides.
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Finalmente, si alguno de los pacientes con coronavirus que se encuentre confinado en casa presentara alguna molestia o fastidio en los ojos, puede optar por pedir una teleconsulta a distancia para que el especialista identifique el diagnóstico de manera remota y le brinde el tratamiento.