Después que Donald Trump dijera, en rueda de prensa, que los ciudadanos deberían inyectarse desinfectantes para combatir el coronavirus, se han incrementado los casos de intoxicaciones en niños.
“Tenemos una niña astuta”, dijo Kaplan, que vive en Washington. “A los 9 meses logró abrir una botella de acetaminofén, que era, ‘a prueba de niños'”.
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Cuando Kaplan (testigo que habló para CNN) la encontró, estaba metida en un problema pegajoso y se había untado las cápsulas de gel en la boca. “Descubrimos que el acetaminofén es muy peligroso y depende de la dosis”, relato Kaplan, quien llamó al control de intoxicaciones y luego se dirigió a la sala de emergencias del nosocomio más cercano.
La pequeña heredera del testigo estaba bien, pero el envenenamiento accidental con los desinfectantes es un problema grave para los niños estadounidenses. El testimonio de un ciudadano conmocionó a la comunidad de latinos en Estados Unidos.
Más de 300 niños reciben tratamiento por envenenamiento cada día en los departamentos de emergencias de Estados Unidos, de acuerdo a los reportes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
A medida que los estadounidenses pasan más tiempo en casa tratando de proteger a sus familias contra covid-19, aumentan las intoxicaciones accidentales con desinfectantes.
Y algunos expertos creen que el incremento se debe a los mismos productos de limpieza que usan los padres para proteger a sus familias de las posibles contagios con el coronavirus.
“Nuestro centro ha experimentado un aumento de más del 100% en las llamadas relacionadas con los productos de desinfección desde el 31 de marzo hasta esta semana”, argumentó la doctora Kelly Johnson-Arbor, directora médica del Centro Nacional de Envenenamiento Capital.
Si bien los comentarios del presidente Trump sobre la lucha contra covid-19 con desinfectantes se han relacionado con una ola de llamadas de control de envenenamiento, el incremento es anterior a su conferencia de prensa del 23 de abril.