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25 Ene 2020 | 16:08 h

¿Sabías que los ojos también se queman por el sol?

Especialista explica cómo podemos cuidar los ojos durante la temporada de verano y prevenir futuras complicaciones.

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    Tras un día soleado de playa, podemos ver claramente como nuestra nariz se enrojece, nuestros hombros arden y la frente nos brilla, lo cual demuestra que nos hemos quemado con el sol, pero rara vez nos percatamos de las quemaduras que sufren nuestros ojos en verano tras una larga exposición a los rayos solares.

    “Los ojos sin protección están expuestos a peligrosos rayos UVA y UVB, y se pueden quemar. Si ha pasado varias horas al sol y tiene los ojos llorosos, sensibles a la luz, le pican o están secos y arenosos, es posible que se hayan quemado. A este proceso se le denomina como queratitis. Los ojos afectados por el sol no están sólo irritados, sino, además, la exposición reiterada a la radiación ultravioleta (UV) puede contribuir a la formación de cataratas y a la degeneración macular”, explica el Dr. Daniel Morales, Director Médico de la Clínica de Ojos Opeluce.

    Es importante mencionar que, aunque el sol tiene efectos benéficos para la salud, como sintetizar la vitamina D, también puede producir serios daños en los ojos, cuando se da una exposición desmedida a la radiación ultravioleta, ya que el efecto acumulativo en el tiempo hace que aumenten los riesgos de padecer cataratas, tumores benignos en los ojos, cáncer de piel de los párpados y los tejidos circundantes, degeneración macular y hasta pérdida de visión.

    Los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables al daño ocular relacionado con el sol porque suelen pasar más tiempo al aire libre que los adultos. Además, sus cristalinos son más transparentes que de los adultos, lo que implica que más luz perjudicial puede alcanzar la retina.

    Por todas estas razones, es importante recordar cuidar nuestros ojos tal como lo hacemos con nuestra piel, protegiéndolos de la exposición al sol en horarios de alto riesgo (10 am – 3 pm). Es así que, el especialista menciona algunas recomendaciones que es importante seguir durante esta época de verano. ¡Atenta y toma nota!

    “Un sombrero de ala ancha le ayudará a dar sombra a los ojos, pero no es suficiente. Todos los integrantes de la familia deben usar gafas de sol en el exterior, incluso en los meses fríos de invierno, lentes con 100% de protección para rayos UVA y UVB. Tenga en cuenta también el tamaño de la montura, ya que más grandes ayudan a impedir que entren los rayos dañinos por los lados o por la parte superior de las gafas”.

    Cuando se compran unas gafas para el sol, también se debe tener en cuenta el color de la lente. ¿Qué tonalidad cromática es la más adecuada? Cualquiera de los tres tonos que normalmente se utilizan: el gris, el verde o el marrón, ofrecen una buena protección. Por el contrario, el azul y sus derivados no proporcionan una buena defensa contra el sol.

    Las personas que sufren algún trastorno visual (miopía, astigmatismo, hipermetropía, etcétera), y que necesitan llevar gafas graduadas, pueden utilizar lentes fotosensibles o foto cromáticas.