Los bebés hasta un cierto periodo de edad deben ser llevados a los establecimientos de salud para completar sus dosis de vacunación y la aplicación de otros medicamentos, que tiene por objetivo prevenir y fortalecer el sistema inmunológico de los niños ante futuras enfermedades.
Muy aparte de lo importante que es llevar en control de los niños sobre su vacunación, también es indispensable conservarla, ya que es un documento que certifica las vacunas que nos aplicamos a lo largo de la vida: es la constancia de que cada una de las dosis fue administrada en tiempo y forma por profesionales capacitados e idóneos.
En ese sentido, Florencia Cahn, médica infectóloga, menciona al portal TN, todo lo que debemos saber sobre la cartilla de vacunación y las razones por el que debemos conservarlas. ¡Atenta y toma nota!
La libreta de vacunación es un documento que debemos cuidar y conservar para poder presentarlo cada vez que una autoridad educativa o de salud lo solicite. Es la constancia escrita de que las vacunas obligatorias y gratuitas que figuran en el Calendario Nacional de Vacunación fueron aplicadas.
- En cada visita, el pediatra nos pide la libreta de vacunación de los niños para corroborar las dosis recibidas de cada vacuna y prescribir las siguientes.
- Al ingreso escolar, será necesario presentarla junto con la documentación educativa y los aptos médicos que la institución solicite.
- Los inconvenientes por el olvido o la pérdida no se terminan en la niñez. En la vida adulta, la libreta también puede ser necesaria para cumplir algún requisito laboral o para ingresar a la universidad.
- Es fundamental que cada aplicación sea registrada en la libreta de vacunas por parte del personal de salud que interviene en la vacunación.
- Por otro lado, antes de realizar un viaje, para ciertos destinos es necesario recibir vacunas para prevenir enfermedades. En el caso de la vacuna contra la fiebre amarilla, debe constar en el Certificado Internacional de Vacunación.
Algunos consejos para cuidar la libreta de vacunas:
- Guardarla en un lugar seguro y dentro de un folio o un plástico para que no se moje.
- No dejarla al alcance de los chicos.
- Tener una fotocopia de todas sus hojas con los datos de las vacunas colocadas.
- Tener un registro digital de las aplicaciones de vacunas: una foto o un scan de la libreta.