La audición es un aspecto fundamental en el desarrollo de las personas. En los primeros años de vida es crucial, pues el niño aprende a hablar imitando los sonidos de su al rededor, la voz de sus padres y de las personas que lo cuidan.
Es por ello que la pérdida parcial o total de la audición podría afectarlo en su capacidad de hablar o entender el lenguaje. Esto haría que su desarrollo social, emocional y cognitivo se vean perjudicados.
Sin embargo, no todo está perdido, pues los problemas de audición son tratables si son tratados a tiempo.
Una evaluación temprana es la clave para detectar algún problema en la audición de nuestros hijos.
Por ello, es importante que la primera evaluación se de durante las primeras 3 semanas de vida del bebé.
Al respecto, la Dra. Andrea Calvo, Otorrinolaringóloga pediatra de la clínica Anglo Americana, brinda más información sobre el tema:
La pérdida de audición puede afectar entre uno y tres de cada mil niños. Existen diversos factores que pueden ocasionar esta condición:
- Nacimiento prematuro o un parto difícil y prolongado.- Si el niño tuvo restricción de crecimiento durante el embarazo. - Antecedentes familiares de pérdida de audición infantil.- Infecciones durante el embarazo como meningitis, rubeola, toxoplasma, citomegalovirus.- Exposición del niño a sonidos o ruidos muy fuertes, incluso por un tiempo corto.- Si la futura madre ingiere medicamentos que pueden lesionar el oído del bebé (ototóxicos).
Anteriormente la sordera infantil solo podía detectarse fácilmente alrededor de los 3 años, cuando los síntomas o los signos de alguna dificultad auditiva eran claros. Sin embargo, en la actualidad la sordera infantil puede ser diagnosticada a los pocos días de vida.
Esto es posible mediante una prueba denominada Emisiones Otoacústicas. Esta prueba es bastante sencilla y rápida. Consiste en tener respuestas del niño a estímulos auditivos, mediante un aparato que emite un sonido que hará que se produzca una especie de eco, el cual es analizado, para luego determinar una respuesta positiva o negativa a la prueba.
Otra, es la prueba de potenciales evocados auditivos, que evalúa la respuesta al sonido del nervio auditivo y del tronco encefálico.
Durante esta prueba el bebé lleva puestos auriculares en los oídos y electrodos en la cabeza. Esto no le causa ningún dolor. Los electrodos se adhieren y se desprenden fácilmente y no deben causar molestias.
Si las pruebas son satisfactorias, el menor seguirá con sus consultas pediátricas de rutina.
El tratamiento dependerá del tipo y grado de pérdida auditiva que tenga el niño. La pérdida de audición puede ser leve, moderada, severa o profunda. En algunos casos, la pérdida es progresiva (la audición es cada vez más deficiente) y en ocasiones es unilateral (un oído solamente).
Es importante realizar controles periódicos una vez hecho el diagnóstico y empezado el tratamiento. Asimismo, es importante como padres realizar chequeos de rutina con el pediatra y así ante cualquier signo de alarma poder trabajar con el otorrinolaringólogo para un diagnóstico e intervención precoz.
La Clínica Anglo Americana cuenta con la especialidad de Pediatría y subespecialidades pediátricas, desde las cuales se concientiza y atiende a la población sobre la importancia de una buena salud.