Es de conocimiento que las mujeres en estado de gestación deben llevar una alimentación para cuidar de su salud y la de su bebé. Asimismo, existe un compuesto que fundamental en si dieta diaria: el ácido fólico.
El embarazo es una etapa anhelada por muchas mujeres en el mundo entero, sin embargo, es necesario seguir las indicaciones del especialista para no sólo tener un embarazo saludable sino también que el bebé no sufra de malformaciones ni anomalías congénitas. Una de las vitaminas requeridas durante esta etapa es el ácido fólico que cumple un rol esencial durante las 40 semanas de gestación.
El ácido fólico se ha convertido en un complemento indispensable no sólo en las embarazadas sino también en aquellas personas que deseen convertirse en madres.
En ese contexto, la Dra. Norma Castro, Gineco- Obstetra de la Clínica Anglo Americana comenta acerca de la importancia del consumo del ácido fólico durante el embarazo, resaltando sus beneficios y alimentos donde pueden encontrarse de manera más natural.
La importancia del ácido fólico radica en la prevención de anomalías en el bebé, así como la reducción en el riesgo de patologías como: labio leporino, fisura palatina y ciertos tipos de defectos en el corazón. Precisamente, aquellas futuras madres que consuman dosis correctas de ácido fólico tienen menor posibilidad de tener un bebé con malformaciones del sistema nervioso central como desarrollo incompleto del cerebro y espina bífida.
Esta vitamina también contribuye con el crecimiento de la placenta y el feto. Es necesario para producir nuevo ADN a medida que las células se van multiplicando. Además, cumple un papel importante en la producción de glóbulos rojos. La OMS recomienda 400 μg (0,4 mg) al día de ácido fólico.
El ácido fólico pertenece al complemento B es una vitamina esencial para salud, también es conocida como el B9 y se encuentra principalmente en las hojas verdes como la espinaca, espárragos verdes, el brócoli, la acelga, y la lechuga.
También se encuentra presente en la palta, el apio, los tomates, las zanahorias y la calabaza. En las frutas como la naranja, el plátano, el kiwi y en las fresas y frambuesas.