Encontrar tiempo para hacer ejercicio puede ser un desafío. Entonces, ¿por qué no hacer ejercicio mientras trabajas?
Los especialistas de Mayo Clinic recomiendan considerar estas cuatro maneras de agregar actividad física a tu rutina laboral.
1. Comienza en el trayecto al trabajo
Camina o anda en bicicleta para ir al trabajo. Si vas en autobús o en metro, bájate unas cuadras o una parada antes de lo habitual y camina el resto del trayecto.
Si vas al trabajo en automóvil, estaciónalo en el lugar más alejado del estacionamiento. En tu edificio, usa las escaleras en lugar del ascensor.
2. Trabaja de pie
Busca oportunidades para levantarte de la silla. Ponte de pie y camina mientras hablas por teléfono. Prueba usar un escritorio de pie o improvisa con una mesa alta o una encimera.
Almuerza de pie. Si es posible, camina hasta el escritorio de un colega para conversar con en persona, en lugar de enviarle un mensaje de texto o un correo electrónico.
3. Utiliza tus descansos para mantenerte activo
En vez de pasar el tiempo en la sala de descanso para empleados tomando un café o comiendo un tentempié, ve a dar una caminata enérgica, sube unos pisos por las escaleras o haz ejercicios de estiramiento suaves.
Por ejemplo, mira hacia adelante y después baja el mentón hacia el pecho, o mientras estás de pie, toma la parte posterior de uno de los tobillos, o la pierna del pantalón, y llévalo hacia arriba, hasta el glúteo. Mantén cada estiramiento durante 15 a 30 segundos.
4. Ten equipo para hacer ejercicio en el trabajo
Guarda bandas de resistencia (sogas o tubos elásticos que al halarlos ofrecen una resistencia similar a las pesas) o pequeñas pesas de mano en un cajón del escritorio o en un gabinete. Haz flexiones de brazos entre reuniones o entre uno y otro trabajo.